HISTORIA DEL ATLETISMO ARAGONÉS
Equipo de Aragón en el Campeonato de España de Cross de 1923 celebrado en San Sebastián. En la foto: Marín, Magén, Gracia, San Juan, Peña, Dionisio Magén y De Miguel
Celedonio García Rodríguez
En un artículo publicado en 1933 por Miguel Gay en el diario As sobre la descalificación a perpetuidad de Victoriano Pérez y de Gerado Aznar, Gay hacía un recorrido por la breve historia (1923-1933) del atletismo aragonés, que recogemos a continuación.
La mayor parte de los atletas que destacaron en estos años surgieron en los pueblos y fueron “importados” (según expresión del autor del artículo) para dar prestigio a esta región.
Carrera de las fiestas del Pilar de 1921, con salida de la Plaza de Aragón y llegada en el Cabezo de Buena Vista.
“En Zaragoza ha habido épocas de rutilante fulgor atlético. Han coincidido con el enorme esfuerzo de unos “chalaos”. Desaparecidos aquellos, quedaba únicamente el pomposo esqueleto de un nombre deslumbrante; por ejemplo, Asociación Aragonesa de Cultura Física, Asociación Aragonesa de C.F., Federación Atlética Aragonesa, y solo eran unos buenos aficionados, anacoretas del deporte, que imploraban de dos clubes ricachos los mendrugos de su festín.
En aquel tiempo, Emiliano Lorda, De Miguel, Dosset, Lafuente iniciaron movimiento.
Recordamos aquellas mañanitas brumosas del invierno en que a los ojos atónitos de los pacíficos “torreros” del Picarral llegaban los atletas, y, desnudos, simplemente con el leve “maillot”, se lanzaban por la carretera de Francia hasta la ermita de San Gregorio. Entonces aprendimos el olor nauseabundo de la embrocación —los futbolistas no emplean sino el agua clara o la saliva para sus músculos desgarrados por los terribles campos duros―, entonces comprendimos el admirable temple de los pobres atletas.
Ese camino del Picarral fue el escenario de las primeras conquistas del ideal atlético aragonés.
Por aquella época surgió Dionisio Magén. Dionisio Magén de Montañana acudió a una fiesta atlética para participar en una prueba de fondo. No tenía estilo, no tenía forma, pero empezó a dar vueltas al campo y venció en la carrera de 12 kilómetros.
Su figura dio auge al atletismo regional. Con él se incorporaron figuras de tanto relieve como San Juan, y otros lugareños de los pueblos próximos, y surgió en la misma forma Dionisio Carreras, cuyo estilo personal, de pasitos cortos y rápidos, que, recibido con franca risa, causó luego sorpresa y después admiración.
El maratoniano Dionisio Carreras, de Codo, fue olímpico en París en 1924 y consiguió el record de España con 2 h. 50' 56"
Burges, el atleta más completo de Aragón en aquella época
San Juan atleta admirable por su perseverancia y entusiasmo más que por sus facultades
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