21/12/23

Daniel Bondía, un ilustre maellano que nos deja

 

Celedonio García, a la izquierda, acompañado de maellanos ilustres, Marcelino Monreal, Daniel Bondía, Francisco Albesa "Panixera" y Fernando Barberán, en la carrera pedestre del 10 de agosto de 2007. Foto del archivo de Daniel Bondía 

Celedonio García

Daniel Bondía, en el centro de la imagen, nos ha dejado la pasado noche. Los cuatro maellanos de la imagen ya forman parte del "panteón de hijos ilustres de Maella". Lo son para mí y para muchas de las personas que los conocieron. Todo ellos dejaron huella, todos ellos trabajaron por su tierra y pusieron sus granitos de arena para que siempre sean recordados.

Daniel Bondía amaba las tradiciones aragonesas y contribuyó para que se mantuvieran vivas en su villa natal, Maella. Con José Antonio Adell participamos en 1993 en el homenaje que el Ayuntamiento rindió “ALS CORREDORS DE GALLS”. Daniel organizó una exposición de fotografías, entre otras actividades, en la que se citaba y aparecían los grandes corredores maellanos (tres de ellos aparecen en la fotografía: Marcelino Monreal, Francisco Albesa "Panixera" y Fernando Barberán).

Junto con otros músicos de Maella y de la AGA (Asociación de Gaiteros de Aragón) interpretaron, entre otras, la típica melodía de "corregudes de galls" de Maella, conocida como "La Balbina", interpretada en otros tiempos por el "Tío Severo". Con los músicos de Maella cada año también amenizaba la tradicional carrera pedestre de las fiestas de San Lorenzo, recordando la típica melodía de las “corridas de pollos” o “corregudes de galls”

Daniel se comprometió activamente con la Asociación Aragonesa de Gaiteros (AGA). En el 2003, La AGA nos concedió, a José Antonio Adell y a mí, nuestro primer reconocimieto por "la labor ralizada en favor de la cultura popular aragonesa", quizá el reconocimiento que más valoramos por quien lo otrogaba. Daniel Bondía fue el encargado, en representación de la AGA, de decir unas palabras, que a José Antonio Adell y a mí se nos quedaron grabadas para siempre. Daniel Bondía dijo: "Adell y García son como Ramón y Cajal...". Todavía hoy muchas personas piensan que Adell y García somos la misma persona.

Anécdotas aparte, pienso que no habrá nadie que conociera a Daniel Bondía que no le apreciara y le considerara una buena y gran persona. Hasta siempre Daniel. Siempre te recordaremos.

1/12/23

Las Carreras Pedestres del Campo de Cariñena. Primeras ediciones documentadas


 Celedonio García

No hay ninguna duda de que en el siglo XIX todos los pueblos de la comarca del Campo de Cariñena organizaban durante sus fiestas patronales, y a veces en otros festejos, las tradicionales "corridas de pollos", antecedentes de las carreras pedestres. En la actualidad, según nuestros datos, estas pruebas típicas del deporte aragonés han desaparecido en la comarca.

Parece sorprendente que en la actualidad, con una auténtica "fiebre" por correr, por ser "corredor" (perdón,  "runner"), las "carreras pedestres" típicas durante siglos en nuestros pueblos han sido "proscritas" por modas modernas. Como dírían muchos jóvenes, "es lo que hay".

A finales del siglo XIX en Aragón surgió una "fiebre andarina", tras el triunfo de Mariano Bielsa y Latre, apodado "Chistavín", de Berbegal, al vencer el 22 de octubre de 1882 en la Plaza de Toros de Zaragoza al italiano Aquiles Bargossi, apodado el "Hombre Locomotora" y considerado el mejor andarín del Mundo.  Aquella "fiebre andarina" podría compararse a las modas actuales. A partir de aquel triunfo de "Chitavín", corredores de muchos lugares de Aragón quisieron alcalzar la fama venciéndo al altoaragonés por medio de retos o desafíos. Uno de los más obstinados era Antonio Laínez, de Cariñena.  Corredores no faltaban en la comarca.

Como nos apasionan estos temas, las tradiciones, nuestras raíces..., aunque vayamos a contracorriente, hemos preparado un documento en permanente revisión con las primeras ediciones que hemos podido ducumentar de las "Carreras Pedestres" de los pueblos del Campo de Cariñena. Su probable origen se remonta como mínimo al siglo XVI. Y dejamos un enlace de las aventuras de Antonio Laínez, de Cariñena, en la época de Chistavín:

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22/11/23

Carreras Pedestres de la comarca de Valdejalón. Primeras ediciones documentadas

 

Celedonio García

Todos los pueblos de la comarca de Valdejalón organizaban antaño carreras pedestres, denominadas “corridas de pollos”. Se organizaban en festejos organizados por diversos motivos, especialmente durante las fiestas patronales o de cofradía. Esta denominación se generaliza por todo Aragón en el siglo  XIX. En los primeros años del siglo XX, en algunas localidades de la actual comarca de Valdejalón, también reciben el nombre de “corridas de peones”, aunque los vencedores seguían recibiendo las aves de corral como premio: Calatorao, Épila, Lucena de Jalón, Lumpiaque…

El origen de estas carreras probablemente se remonte al siglo XVI o incluso antes. Si tomamos como referencia las carreras pedestres de Perdiguera, según la documentación consultada por Costan Escuer, a comienzos del siglo XVI ya se disputaban carreras pedestres en las fiestas de Santa María, denominadas “corrida de la espada” por el premio que se otorgaba al vencedor. A finales de aquel siglo aparecen los pollos, que se entregan junto con la espada y en el siglo XVII los pollos quedan como el único premio, dando nombre a estas pruebas pedestres. En Perdiguera, como en algunas poblaciones de Valdejalón, a comienzos del siglo XX también se denominan algunos años “corridas de peones” y otros “corridas de pollos”.

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20/11/23

Recordando la carrera pedestre de San Frontonio y San Pedro Arbués de Épila

 

Ediciones documentadas de la "Carrera Pedestre de San Frontonio y San Pedro Arbués" de Épila

Celedonio García

Siguiendo con la tarea que nos hemos propuesto de documentar ediciones de las tradicionales carreras pedestres, habituales desde hace siglos en las fiestas de la práctica totalidad de los pueblos aragoneses, hoy le llega el turno a Épila, aunque su tradicional carrera pedestre de las fiestas de San Pedro Arbués y San Frontonio no se celebra en la actualidad. También dejó de celebrarse la que se organizaba, más esporádicamente, en honor a la Virgen de Rodanas. En su lugar tiene lugar en la actualidad la “Subida a Rodanas”, carrera que surgió en  1976 tras un reto entre dos epilenses, Manuel Ruiz y Ángel López; ambos se apostaron un conejo que ganaría el que menos tiempo invirtiera en recorrer la distancia que separa Épila del Santuario de Rodanas. Ganó Manuel Ruiz, pero invitó a Ángel López y a los asistentes a rancho con conejo.

Carreras centenarias

Hace varios años conocimos la iniciativa de un corredor e investigador catalán, Toni Santisteban, de querer participar en el mayor número posible de “carreras centenarias” (carreras que ya han celebrado más de cien ediciones) por todo el mundo. La relación de carreras que maneja por todo el mundo está en torno al centenar, con la grata satisfacción para los aragoneses de que el cuarenta por ciento de esas carreras, aproximadamente, son aragonesas. Para él, son auténticas joyas del patrimonio inmaterial.

Iniciamos la tarea de documentas estas carreras con la de Santa Pantaria, de La Almunia de Doña Godina, y llegamos a 110 ediciones, con programas de fiestas, crónicas y otros documentos. Probablemente sea la carrera de España con más ediciones documentadas.

Origen de las carreras pedestres aragonesas

Hay que tener en cuenta que estas carreras pedestres ya se celebran en Aragón en el siglo XVI y en el siglo XIX y comienzos del XX se seguían organizando en casi todas las poblaciones aragonesas. Costan Escuer ha sacado a la luz los documentos más antiguos que nos hablan de estas típicas pruebas, registradas en los Libros de Cuentas que se conservan en el Archivo Histórico del Ayuntamiento de Perdiguera. Los datos aportados por Escuer nos permiten conocer como han ido evolucionando las carreras (denominadas “corridas” hasta bien entrado el siglo XX) desde el siglo XVI. En 1526 ya aparece registrada la “Corrida de la espada”, por ser este el premio que se otorgaba al vencedor. En torno a 1580 aparecen los pollos como premio, que reciben los primeros clasificado de la prueba, además de la espada que corresponde al vencedor. A comienzos del siglo XVII desaparece la espada y los pollos se mantienen como premio que se generaliza por todo Aragón.

Antes de conocer los datos aportados por Costan Escuer, la “corrida” más antigua que teníamos documentada era la que se celebró en 1585 en Monzón, coincidiendo con la celebración de Cortes, durante las fiestas de San Mateo y ante Felipe II. Los vencedores de la carrera a pie y a caballo recibieron como premio una pieza de tafetán, sombrero y espada. La espada también la encontramos en las “corridas” de San Lorenzo de Huesca y en las de los barrios oscense de Monserrat y Barrio Nuevo, constatando que antiguamente se denominaban “corridas de espadas”. Igualmente, con denominación de “corrida de pollos”, antes de conocer las de Perdiguera, teníamos datada la celebrada en Bolea en 1608, organizada por los festejos que tuvieron lugar por pasar por la villa las reliquias de San Orencio, padre de San Lorenzo en su traslado de desde Aux (Francia) hasta Huesca).

La corrida de San Frotonio y San Pedro Arbués

Después de esta larga introducción, vamos con la “Carrera pedestre de San Frontonio y San Pedro Arbués” de Épila. La edición más antigua que manejamos es de 1880, aunque su origen, sin ninguna duda, se remonta varios siglos atrás. La denominación de la época era de “corrida de pollos”. Y así se mantendría hasta la primera década del siglo XX. En aquella época eran amenizadas con dulzaina y tamboril, y junto con los fuegos artificiales, los bailes y las funciones religiosas componían todo el programa festivo. También se van incorporando otros festejos como las vaquillas y toros o toretes.

Habitualmente se organizaban el día 17 por la tarde, aunque luego irían alternando con otras fechas, el 19 o el 20. Antes de finalizar el siglo XIX vemos que en las “corridas de hombres y niños” los vencedores reciben pollos y dinero.

En 1904 reciben un nombre que también encontramos en otras poblaciones aragonesas muy dispares de las tres provincias, “corridas de peones” y los vencedores siguen recibiendo pollos y metálico como premio.

En 1906 vence Pedro Ballarín.  En la crónica de las “corridas de peones” de1911 observamos la presencia de corredores de diferentes lugares de la comarca. El vencedor de la “carrera pedestre” (primera vez que encontramos la denominación actual) es Pedro Forjas, de Mesones; segundo, Manuel Andía, de Bardallur, y tercero Hilario Chueca, de Lumpiaque. Todos los premios se los llevan los corredores foráneos.

El corredor de Lumpiaque, Hilario Chueca, vencería al año siguiente, 1912; Pedro Tello, de Mesones, fue segundo, y Manuel Bielsa, de Rueda, tercero.

Durante varios años, los vencedores de las ”corridas de peones”, también denominadas “carreras o corridas pedestres”, fueron premiados con pollos y metálico. A veces, como en 1915 se citaban las “corridas de pollos y pedestres” tratando de diferencias las de pollos, que englobaban de sacos y burros, con las propiamente pedestres.

En 1917 los corredores de Rueda coparon todos los premios, venció Mariano Bielsa, seguido de Francisco Bernad y de Pascual González. Castán Palomar, cronista de El Noticiero, decía: “Por lo visto eso de ser de Rueda hace correr un horror”.

Al año siguiente, 1918, desaparecen los pollos como premio y los vencedores solo reciben metálico.

En los años 20 del siglo XX, las “carreras pedestres” se celebran en la Plaza de Toros y los pollos se recuperan como premio habitual junto con el dinero. Así sería durante toda la década. En 1928 el vencedor de la “corrida pedestre” fue Mariano Barcelona, de Arándiga, afamado corredor que obtuvo numerosos triunfos por toda la comarca.

En 1930 las “corridas pedestres” cambian de escenario y se disputan en la carretera de Rueda a La Almunia, amenizadas por la banda municipal. Se premia a los vencedores con pollos y dinero. Mariano Barcelona de Arándiga obtiene las 15 pesetas del primer premio; Jesús correo, de Urrea, 10 pesetas, y Domingo Marín, de Épila obtiene el tercero, de 5 pesetas.

En 1932 se mantienen el mismo escenario, la carretera de Rueda, y los mismos premios. Otro afamado corredor de la provincia gana las 15 pesetas, Vicente Cunchillos, de Gallur. Segundo y tercero se clasifican dos corredores de Rueda, Domingo Marín y Antonio, Miñana, respectivamente.

En 1933 hubo “corrida de pollos” y una la carrera pedestre que se incluyó en un festival atlético-escultista, que se celebró en la plaza de toros, organizado por la Agrupación de Antiguos Exploradores, de Zaragoza. Constó de los siguientes números: 1º Desfile de los participantes. 2º Juego de los sombreros, 3º. Carreras de cuadrigas. 4º Juego del saquete, 5º Lanzamiento del lazo. 6º Saltos de altura y “richardt”. 7º Carrera pedestre de 5.000 metros. 8º Exhibición de boxeo. 9º Salto de pértiga. 10. Exhibición de grecoromana. 11. Carrera de relevos 4 x 200, y 12. Tracción de cuerda.

Según la crónica del Heraldo de Aragón, “ste culto y simpático acto que por primera vez se ha visto en Épila, fue muy del agrado del público que llenaba la plaza, que sin cesar ovacionaba a los exploradores por sus difíciles y arriesgados trabajos en todos sus números, habiendo quedado este vecindario sumamente agradecido a la visita hecha por los expresados y simpáticos jóvenes”.

Al año siguiente, 1934 la “gran carrera pedestre” se celebró el día 17, a las cuatro de la tarde, con salida y terminación en la plaza de la República, recorriendo cinco veces las calles de Casamayor, Arrabal, Bajo Palacio, Cuartel, San Agustín, 14 de Abril, Barrichuelo Bajo, Pablo Iglesias, Cuesta de Capuchinos y Peñón. El primer premio era de 100 pesetas; segundo, 56 pesetas; tercero, 25 pesetas. Además, según el programa, se adjudicarían primas de diez pesetas al vencedor en la segunda vuelta, quince pesetas en la tercera, y veinticinco en la cuarta.

En 1935 las carreras pedestres volvieron al escenario de la Plaza de Toros. Hubo participantes locales y otros procedentes de poblaciones próximas. Los primeros clasificados fueron: Vicente Ruiz, premiado con 40 pesetas; segundo, Blasco, con 25; tercero, Nicolás con 25; cuarto, Maximino López, con 25; quinto, Sebastián Villafranca, con 15, y sexto, Félix Llorente, con 10. Los tres últimos de Épila.

Después de la trágica Guerra Civil la carrera pedestre se disputaba entre una serie de “concursos deportivos”, junto con la barra aragonesa. Adquirió un auge especial la carrera ciclista, organizada por el Club Ciclista Zaragozano, con importantes premios para los vencedores.

En 1940 la carrera se seguía disputando en la plaza de toros, conjuntamente con una serie de concursos en los que se premiaba a los vencedores con importantes premios en metálico: Carrera pedestre, tiro de barra, tiro de canto, levantamiento de peso, carrera de entalegados, etcétera.

En este escenario corrieron dos de los más destacados corredores aragoneses, Alejandro Pérez “el Cartujano” y Pedro Sierra, de La Puebla de Híjar. Se cuenta que en una ocasión Alejandro Pérez fue a correr Épila en bicicleta. Después de ganar en la plaza de toros, desafió a su contrincante a una nueva carrera, pero éste con bicicleta. Alejandro volvió a ganar.

Los premios de la carrera en 1946 ascendían a 250, 150, 50 y 25 pesetas, y otro de 75 pesetas para el primer local. En los años cincuenta se disputaban en la avenida de Nuestra Señora de Rodanas. Los sustanciosos premios atrajeron a los más destacados corredores aragoneses.

En los años cincuenta la prueba pasó a denominarse “carrera pedestre libre”, aunque hubo diferentes escenarios y cambios en la organización, probablemente por la influencia de la Federación Aragonesa de Atletismo que trató de asumir y organizar las tradicionales carreras pedestres, antiguas “corridas de pollos” con el espíritu “amateur” del atletismo, sin premios en metálico. La influencia de la Federación Aragonesa de Atletismo sería testimonial porque los pueblos quisieron mantener antiguas tradiciones.

En 1953, la “carrera pedestre libre” se celebró en la Avenida de Ntra. Sra. de Rodanas, con premios de 150, 100 y 50 pesetas. Hubo otra de Locales, con premios de 75 y 50 pesetas. Y la Infantil para hijos de la localidad que residen en el pueblo de 14 a 17 años, con premios de 75, 50 y 25 pesetas.

En 1956 vuelve a la Plaza de Toros y los premios consisten en trofeos. En 1958 se traslada al campo de fútbol, con importantes premios en metálico de 250, 150 y 100 pesetas, para los tres primeros, respectivamente, y tiene carácter comarcal. Previamente se disputa otra carrera pedestre para menores de 14 años, concediéndose tres premios de 75, 50 y 25 pesetas, siendo animado el espectáculo por la banda de música.

Nuevamente, en los años sesenta, las carreras pedestres vuelven a la Plaza de Toros, con importantes premios en metálico. En 1963 se organiza una novedosa competición de “Ciclo-Cross” en la plaza del Palacio. Y, seguidamente, en el mismo lugar, una carrera pedestre infantil para niños comprendidos entre 8 y 12 años de edad, otorgándose los siguientes premios: 1º 100 pesetas, 2º 75 pesetas, 3º 50 pesetas y 4º 25 pesetas.

En 1964, después de la competición comarcal de ciclo-cross, según el programa de fiestas, había “carrera pedestre provincial con participación de equipos de Zaragoza, y todos los aficionados que deseen tomar parte, otorgándose al vencedor una preciosa copa trofeo de Pepsi-Cola y un importante premio en metálico, y para el segundo y tercer clasificado, importantes premios en metálico; los dos primeros clasificados de los corredores locales también tendrán premios en metálico”.

En 1966, después de la competición comarcal de ciclo-cross hubo carrera pedestre infaltil en la plaza del Conde de Aranda con abundantes trofeos.

En los años setenta resurge el aragonesismo y los deportes tradicionales. En 1976 la Plaza de Toros acoge los siguientes “grandes concursos del deporte aragonés”: Tiro de cuerda por grupos, tiro de barra aragonesa, carrera pedestre, levantamiento del saco de trigo de 100 kgs.

Posteriormente serían los circuitos urbanos, a vueltas donde se disputarían las carreras pedestres, con participación de los más destacados corredores aragoneses y algún catalán. En 1979 vence José Antonio Adell, de Binéfar; seguido de Emilio Guzmán, de Tardienta, y de Marcelino Fuertes, perteneciente al Real Zaragoza.

La carrera tendría continuidad durante casi una década, al igual que en otras poblaciones de la comarca: La Almunia de Doña Godina, Calatorao, Ricla, Chodes, Morata de Jalón…

En 1980, los zaragozanos Manuel Martínez y Eduardo Artigas ocupas las dos primeras posiciones, por delante de Emilio Guzmán.  En 1981 gana el barcelonés Fernando Díaz, y durante una década sería corredor habitual en Aragón, proclamándose vencedor en numerosas carreras. El segundo puesto lo ocupa Emilio Guzmán y tercero José Luis Mareca. En 1982 vence otro de los corredores habituales y más destacados de la década, el zaragozano Javier Cortés; segundo se clasifica Fernando Díaz;  tercero José Luis Mareca y cuarto el joven atleta soriano, integrante del CN Helios de Zaragoza, Juan José Rodríguez Rújula. En 1983, ocupan los primeros puestos los siguientes atletas por el orden citado: Fernando Díz, Celedonio García, Víctor Aured y José Luis Mareca.

En 1984, debido al auge de atletas locales que desde hace años llevaban el nombre de Épila en los diferentes ambientes atléticos, se inauguran una pista de atletismo en Épila y durante las fiestas se organizan diferentes pruebas, pero no se celebra la tradicional carrera pedestre.

Entre los corredores de Épila destaca Cecilio Calleja y otros veteranos como José María Huerta, Pepe Sediles o Ángel Lana (años 30), entre otros.

En 1985 la carrera pedestre se celebra en las pista de atletismo, a 40 vueltas. Vence el catalán Fernando Díaz y le siguen en la clasificación los aragoneses Manuel Hernández, José Antonio Adell, José Pallarés, Javier Cortés, Javier Yerno, Celedonio García… Después hubo otra carrera de veteranos en la que ocuparon los primeros puestos dos destacados atletas que vivieron su gran época en los años sesenta y setenta: Joaquín Mareca y Miguel Ángel Panivino.

Al año siguiente, en 1986, no se organizó la típica carrera pedestre y aunque se volvió a celebrar en 1987, (15 vueltas en circuito urbano), comenzó el declive que llevaría a la desaparición de una prueba, la antigua “corrida de pollos” de las fiestas de San Pedro Arbués y San Frontonio, después “corrida de peones”, “corrida pedestre”, y “carrera pedestre”, con siglos de historia. Aquel año, de 1987 venció Manuel Hernández, seguido de los siguientes corredores, 2º Fernando Díaz, 3º Luis Javier Alonso, 4º Rafael Bejarano, 5º Celedonio García, 6º Manuel Revuelto, 7º Miguel Ángel Antón.

Carecemos de datos posteriores, excepto del 2005, año que hubo carrera pedestre con victoria de José Antonio Casajús. Probablemente, la carrera pedestre de las fiestas de San Frontonio y de San Pedro Arbués se organizara algún otro año, pero al final desapareció.


En 1976 surgió la “Subida a Rodanas”, carrera de carácter local que tuvo su origen en un reto entre dos epilenses, Manuel Ruiz y Ángel López; se apostaron un conejo que ganaría el que menos tiempo invirtiera en recorrer la distancia que separa Épila del Santuario de Rodanas.

Actualmente, en Épila, como en muchos lugares de Aragón, hay un auge impresionante de aficionados a correr. Hombres y mujeres participan en diferentes pruebas que han surgido al amparo de “modas” globalizadas. 

Hace pocos años surgió el club Epilacorre, formado por un grupo creciente de entusiastas corredores y corredoras que han puesto a Épila en boca del mundillo atlético con la colaboración en la organización de la “Trail Villa de Épila” o la “San Silvepila”, entre otras muchas actividades.

Nos sorprende que en la actualidad nadie eche la vista atrás y recupere la tradicional “carrera pedestre” que sobrevivió durante siglos, una prueba que no es incompatible con las “modas” modernas y que no precisa de esfuerzos organizativos. Quizá haya que esperar un nuevo despertar aragonesista para mantener vivas tradiciones propias que arrinconamos en pro de otras que nos llegan de fuera.

Por nuestra parte seguimos aportando granitos de arena. Recientemente hemos solicitado que las carreras pedestres tradicionales aragonesas sean declaradas “Bien de Interés Cultural Inmaterial” en Aragón.

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5/5/23

La carrera pedestre de Perdiguera atesora más de 500 años de historia


 Probablemente la "corrida de la espada" de Perdiguera sea la carrera pedestre más antigua de España y con más ediciones documentadas

123 ediciones documentadas de las carreras pedestres celebradas en Perdiguera (Zaragoza)

Celedonio García Rodríguez

La documentación que nos ha aportado Constán Escuer, procedente del Archivo de Perdiguera (Zaragoza), supone una auténtica revolución en la historia de las carreras pedestres aragonesas. Los datos que nos ha facilitado Costán elevan a más de medio siglo la antigüedad de la primera carrera datada en Aragón hasta la fecha. Esta era la carrera pedestre celebrada en Monzón en 1585, durante las fiestas de san Mateo, coincidiendo con la celebración de Cortes y ante la presencia del rey Felipe II. El premio que se concedió al vencedor fue una pieza de tafetán, sombrero y espada.

La información de Costán Escuer también nos permite especular sobre el origen de las primeras “corridas de pollos”, y que como suponíamos se remontan al siglo XVI. La “corrida de pollos” más antigua que teníamos datada estaba fechada en 1609, celebrada en Bolea con motivo de pasar por la villa las reliquias de San Orencio, procedentes de Aux (Francia) y con destino a Huesca. Por todos los lugares de paso se programaban festejos y en Bolea organizaron “corridas de pollos”.

La valiosa documentación de los Libros de Cuentas de Perdiguera, archivados desde comienzos del siglo XVI, demuestran que antes de que surgieran las populares “corridas de pollos”, en Perdiguera y en otros lugares de Aragón se celebraban “corridas de espadas”, y “corridas de agujetas” para los muchachos, durante las fiestas de Santa María de Agosto.

En Perdiguera (Zaragoza) se organizaban carreras pedestres en 1526

La primera “corrida de la espada” documentada es de 1526 y aparece en años sucesivos hasta finales del siglo XVI. En 1583 aparecen los pollos, que probablemente se entreguen como premio de las corridas junto con la espada. Posteriormente desaparecería la espada como premio y quedarían los pollos como único galardón. En 1622 se celebra por primera vez la fiesta de Santa Beatriz. Durante varios años se organizan ambas fiestas, la de la Virgen de Agosto y la de Santa Beatriz, posteriormente desaparece la fiesta de la Virgen de Agosto. Las “corridas de pollos” se mantendrían durante varios siglos como festejo habitual de las fiestas.

En las cuentas de gastos de los siglos XVI y XVII, según los datos que nos aporta Costán Escuer, también quedan consignadas las “joyas”, que son fundamentalmente sombrero de mujer y zapatos para hombre y mujer. Estas prendas nos permiten especular sobre posibles premios que se entregarían a las parejas vencedoras de competición de danza o baile. En Aínsa, tras la Morisma y la “corrida de la cuchara” se celebraba el “baile de los zapatos” con sombrero y zapatos como premios, tal como señala María Pilar Benítez Marco: “El ceremonial concluía con el baile de los zapatos, que era una invitación a que todo el pueblo participara en la fiesta conmemorativa de la victoria cristiana. Consiste en un sarao a la antigua y al son de la gaita, en el que compiten varias parejas por espacio de una hora, premiándose al bailador con un sombrero y a la bailarina con un par de zapatos, por haber demostrado más destreza que los demás” (Contribución al estudio de La Morisma de Aínsa, Diputación de Huesca, 1988).

Probablemente en Aragón también se organicen en el siglo XVI las denominadas “corridas de la joya”, típicas durante siglos en los pueblos de la Ribera Alta del Ebro y en la comarca de Borja (también ribera navarra). Junto con la “joya” (medalla o recuerdo conmemorativo relacionado la festividad) se entregaban pollos a los primeros clasificados. Y, posiblemente en el siglo XVI, igualmente, se disputase la “corrida de la cuchara” de Aínsa (el dato más antiguo hasta la fecha es de 1794), basada en una leyenda del siglo VIII.

En el siglo XIX las “corridas de pollos” son festejos “imprescindibles” en todas las celebraciones, tanto profanas como religiosas, que se organizan en la mayor parte de las poblaciones aragonesas y de sus barrios.

"Corrida de peones" en el Altero (Perdiguera). La Voz de Aragón, 1925

En Perdiguera las “corridas de pollos” se siguen celebrando hasta el siglo XX. A comienzos del siglo XX la carrera se denomina en muchas ocasiones “corrida de peones”, aunque los premios que se adjudican son pollos. En la segunda década del siglo XX pasan a denominarse “corridas pedestres” y se empiezan a dar premios en metálico.

Recorte de El Noticiero, 1946

A mediados del siglo XX aparece la denominación de “carrera pedestre”, utilizada en la actualidad por todo Aragón.

Recorte del Programa de Fiestas de 1946

Recorte del Programa de Fiestas de 1948

En 1990 irrumpe el Atletismo, tan negativamente en el deporte tradicional como lo haría en los años cincuenta del siglo pasado en muchos pueblos de Aragón. En esta ocasión los jóvenes de la Comisión se dejan llevar por las modas, desconocedores de la “joya patrimonial” que atesoran en el pueblo gracias a la perseverancia de sus antepasados, y programan una “milla”. A favor de los organizadores hay que valorar su interés por el “pedestrismo”, aunque desdeñen lo propio por lo foráneo.

Con la valiosa documentación de los siglos XVI, XVII y XVIII, además de los programas de fiestas de finales del siglo XX, que no ha proporcionado Constantino Escuer, hemos documentado hasta la fecha 67 ediciones de la carrera pedestre. Esperamos que pronto sean más, e intentaremos superar el centenar para que Perdiguera se incluya en el selecto “cenáculo” de las carreras más antiguas del mundo.

Si hacemos caso a Google, la carrera más antigua de España es la Jean Bouin, que surgió en 1920. Y afinando la búsqueda encontraremos que la PRIMERA carrera registrada en España se celebró en 1538 en la ciudad de La Laguna (isla de Tenerife). EN PERDIGUERA SE CORRÍA EN 1526.

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27/4/23

Las 50 carreras pedestres documentadas más antiguas de Aragón (actualización 23 de abril de 2023)

 

No aparecen las numerosas carreras pedestres o de andarines de competencia, retos y apuestas, de finales del siglo XIX, muchas de la época de Mariano Bielsa y Latre (a) “Chistavín”, de Berbegal.

Agradecemos la valiosa información de datos facilitados por Constantino Escuer (Perdiguera), Víctor Bayona (Peralta de la Sal), Miguel Ángel Aznar (Chodes), José Antonio Laporta (Almudévar), Gemma Grau (Sariñena), Tere Soria y José Lasarte (La Almunia de Doña Godina), José Miguel Asensio y Francisco Aparicio (Calanda), o Paco Binaburo, entre otras muchas personas.

Documento en permanente actualización. Última actualización: 23 de abril de 2023

Fuente: Celedonio García


Actualización de un documento anterior:  http://celedoniogarcia.blogspot.com/2023/01/99-carreras-pedestres-del-siglo-xix-y.html


Celedonio García 

En el documento de la imagen aparecen las 50 carreras pedestres más antiguas que hemos podido documentar hasta la fecha. Tenemos constancia de alguna más que podrían aparecer en esta clasificación, pero todavía no nos ha llegado el documento que lo certifique.

La lista está extraída de un documento con unas 200 carreras documentadas del siglo XIX y siglos anteriores, que su vez se incluyen en otro documento de las primeras ediciones documentadas, con unas 700 carreras celebradas en Aragón antes de mediados del siglo pasado. 

Nuestra Comunidad está formada por 731 municipios y más de 1.500 lugares habitados. La magnitud de las cifras nos muestra la importancia de estas pruebas, típicas del deporte tradicional, en Aragón, aunque en algunas poblaciones se celebraban carreras pedestres es varias fiestas. También tenemos constancia de la celebración de carreras pedestres en muchas poblaciones que no aparecen en la lista porque no tenemos el documento que lo acredite.

Consideraciones sobre la riqueza patrimonial de las carreras pedestres aragonesas

  • Todas las carreras pedestres tradicionales que en la actualidad se celebran durante las fiestas patronales de los pueblos, barrios y ciudades aragonesas son centenarias
  • Son un patrimonio inmaterial único en el mundo
  • Algunas carreras se celebraron durante los festejos organizados por los ayuntamientos con motivo de diferentes acontecimientos de índole político, religioso, económico o social
  • La mayor parte de las carreras se organizaron, durante años y siglos, en las fiestas patronales y de cofradías de pueblos, barrios y ciudades aragonesas
  • Varias carreras tienen su origen en hermosas leyendas (Aínsa, Mallén, Adahuesca...)
  • La denominación genérica de "corridas de pollos", ya en el siglo XVI, corresponde a los premios que se entregaban a los vencedores. Anteriormente (comienzos del siglo XVI) se celebraba la "corrida de la espada" y "corridas de agujetas" para los muchachos.  Otras denominaciones habituales: "corrida de peatones", "corrida de peones", "corrida de la joya", "corrida de la cordera", "corrida de la rosca", "corrida de la manzana", "corrida de hombres", "corrida al estilo del país", "corrida de mujeres"...
  • En la siguiente relación no aparecen las numerosas carreras pedestres o de andarines de competencia, retos y apuestas, de finales del siglo XIX, muchas de la época de Mariano Bielsa y Latre (a) “Chistavín”, de Berbegal.

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19/4/23

Firmamos con la Editorial Pirineo en la Plaza de Letras de Graus (Plaza Mayor, el sábado 22 de abril de 2023)


Historias Cuentos y leyendas del Pirineo
y
Cucaracha, el bandolero

Firmamos con la Editorial Pirineo
Plaza de Letras de Graus
(Plaza Mayor, el sábado 22 de abril de 2023)
De 11 a 14 y de 17 a 20 horas.
Estands de autores,

Plaza de Letras

Sábado 22 de abril. Plaza Mayor.

De 11 a 14 y de 17 a 20 horas.
Estands de autores, librerías y floristerías.

12 horas. Casa de la Cultura.
Charla ‘Cuando un libro se convierte en personaje’, por Mariano de Meer.

18:30 horas.
Belentuela a ritmo de canciones y cuentos. Cuentos en familia y presentación de sus libros.

6/4/23

Presentación en Biescas del libro: Historias, cuentos y leyendas del Pirineo

 

Presentación del libro

Historias, cuentos y leyendas del Pirineo

Biescas
Sábado, 8 de abril de 2023
19:30 horas
Centro Cultural Pablo Neruda

José Antonio Adell
y Celedonio García

Organizan:
Ayuntamiento de Biescas
Reserva de la Biosfera
*

9/2/23

La Carrera Pedestre de la Virgen de la Corona de Almudévar (Huesca) tiene más de 150 años de historia

 

103 años documentados. Probablemente sea la segunda carrera de España con más años documentados. La primera, la Carrera Pedestre de Santa Pantaria, de La Almunia de Doña Godina (Zaragoza), con 109 ediciones documentadas, y la tercera la de San Antolín, de Sariñena (Huesca), con 94 ediciones 

(Datos actualizados a 11 de febrero de 2023)

Google concede a la “Jean Bouin”, de Barcelona, el honor de ser la carrera más antigua de España con 94 ediciones

Agradecimiento a José Antonio Laporta, por la información facilitada para completar este cuadro
 

Celedonio García

En la crónica de la carrera más antigua que por ahora tenemos documentada en Almudévar, data de 1875. Se celebró, como era tradicional en la época, el día 8 por la tarde; la prensa dice: “Se dieron varias corridas por la tarde según la costumbre del pueblo".

En años posteriores se incide en la tradición típica de los pueblos aragoneses. En 1877 se celebró también el día 8: “Por la tarde se efectuaron varias corridas de pollos que, como todos saben, son tan comunes en esta clase de fiestas en la generalidad en los pueblos de Aragón”.

Al año siguiente, en 1878, el corresponsal destaca que “no han faltado las tradicionales corridas de pollos, sacos, etcétera”.

A lo largo de su historia la prueba ha recibido diferentes denominaciones: “corrida”, “corrida de pollos”, "de personas sueltas", “de hombres”, “de mozos”, (también las hubo “de mujeres”) “al estilo del país”, “de resistencia” o “carrera pedestre”.

En algunas épocas la corrida fue el festejo cívico o profano más importante de las fiestas, tal como se refleja en varias crónicas.

En 1914 el corresponsal señalaba que “la corrida típica de pollos es tradicional corrida que es el alma de las fiestas de los pueblos, se celebra con grande animación.

Y en 1925, además de anunciarse con varios  actos considerados como los más destacados de las fiestas, el cronista aseveró que “el número más importante de las fiestas era la carrera pedestre”. El recorrido era de 10 kilómetros y los premios 75 pesetas, 15 y 10. Se inscribieron Antonio Gracia, de Salillas, Mariano Barrieras, de Sariñena; Amallo Oliver, Hipólito Zamora y Julián Salillas, de Lanaja, y José Val, de Almudévar.

Más información:

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28/1/23

155 Carreras pedestres del siglo XIX y anteriores en Aragón (documento en permanente actualización)

Celedonio García

  • 155 Carreras pedestres del siglo XIX y anteriores en Aragón (documento en actualización permanente. 30 de enero de 2023)
  • Todas las carreras pedestres tradicionales que en la actualidad se celebran durante las fiestas patronales de los pueblos, barrios y ciudades aragonesas son centenarias
  • Son un patrimonio inmaterial único en el mundo
  • Algunas carreras se celebraron durante los festejos organizados por los ayuntamientos con motivo de diferentes acontecimientos de índole político, religioso, económico o social
  • La mayor parte de las carreras se organizaron, durante años y siglos, en las fiestas patronales y de cofradías de pueblos, barrios y ciudades aragonesas
  • Varias carreras tienen su origen en hermosas leyendas (Aínsa, Mallén, Adahuesca...)
  • La denominación genérica de "corridas de pollos" corresponde a los premios que se entregaban a los vencedores. Otras denominaciones habituales: "corrida de peatones", "corrida de peones", "corrida de la joya", "corrida de la cordera", "corrida de la rosca", "corrida de la manzana", "corrida de hombres", "corrida al estilo del país", "corrida de mujeres"...
  • En la siguiente relación no aparecen las numerosas carreras pedestres o de andarines de competencia, retos y apuestas, de finales del siglo XIX, muchas de la época de Mariano Bielsa y Latre (a) “Chistavín”, de Berbegal.





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