26/1/09

El bandido “Cucaracha y el barquero de Pina de Ebro

.El bandido Cucaracha. Grabado (Huesca, 1936) de un niño de Plasencia del Monte, alumno del maestro freinetista Simeón Omella.

Mariano Gabín y Suñén, más conocido con el apodo de “Cucaracha” (era pequeño, muy moreno y siempre vestía de negro), fue el bandolero más conocido de Aragón. Entre 1870 y 1875 “reinó” en un basto “imperio” que incluía la comarca de Los Monegros y se extendía desde el río Cinca hasta el Gállego, de Este a Oeste, y, por el Norte, desde la Hoya y Somontano de Barbastro, hasta el Ebro, por el Sur.

“Cucaracha” se movía continuamente de un lugar a otro, evitando la presencia de la Guardia civil. Tuvo que cruzar a menudo los ríos por las numerosas barcas que comunicaban las márgenes de los tres ríos más caudalosos de Aragón. Se cuentan muchas anécdotas.
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Habitualmente, los barqueros eran confidentes del bandolero y le ayudaban; uno de ellos fue el barquero de Albalate de Cinca. Pero también tuvo algún encontronazo con otros barqueros. Es el caso que traemos en el siguiente texto de A. Riera, con el título de “Cucaracha”, publicado en 1903 en la revista ilustrada Pluma y lápiz, editada en Barcelona.

“Se habla de bandidos, conversación que no es muy agradable ni tranquilizadora cuando se sostiene andando por campo y valles, pero que resulta entretenida e interesante después de haber comido y bebido en un buen restaurant y fumado un habano mientras se cumple el trabajo de la digestión, cuando la sangre parece circular con más viveza y avivar el pensamiento.

-Me da ira la estupidez humana, decía López -un López cualquiera; -la ha dado todo el mundo por creer en la caballerosidad de los bandidos, y no hay quien se los figure unos caballeros andantes o poco menos.

-La leyenda es merecida por lo que toca a varios de ellos, replicó Fanjul, el antiguo jefe republicano, famoso por sus discursos del Parlamento.

-¡Hombre, tiene gracia! ¿Hasta tú?...

-Sí, hasta yo. A un bandido célebre, que murió de un modo desastroso, debo la vida, o cuando menos el ahorrarme una encerrona de larga duración.

-Cuenta, hombre, cuenta.

-La aventura no es extraordinaria, pero prueba lo que dije, que hay cándidos que valen más que su fama. ¿Recordáis el nombre de Cucaracha?

-Sí.

-Bueno, de él se trata. Anduve yo mezclado en la sublevación de Despeñaperros en 1869. Fuimos vencidos. Pude escapar; antes de huir de España quise pasar por mi casa, por Aragón. Un día me avisó el secretario del pueblo que acudía la guardia civil, que me andaba buscando. Tres días después había elecciones en Zaragoza; decidí jugar el todo por el todo y presentarme diputado en vez de huir a Francia. Pero era preciso, ante todo, escapar de los que me perseguían.

.Había dado la media noche cuando salí de mi pueblo a caballo para Pina. Había que pasar el río, pero había barca. Es de advertir que en mi comarca me conocen hasta los perros. Aguijé el caballo y al amanecer llegué junto a la barca. Poco antes de llegar a ella salió un hombre de un grupo de árboles. Iba embozado en una manta, cubierta la cabeza con un sombrero del que llevaba bajas las alas. Por debajo de la manta asomaba el cañón de un fusil cuya culata se marcaba junto al hombro.

Se adelantó a mi encuentro y me saludó.

-¿Va usted a pasar el río? -preguntó.

-Sí.

-Pues pasaré con usted.

-Bueno; voy a despertar al barquero.

Le llamó. Salió a los cinco minutos, malhumorado, mascullando maldiciones entre dientes, sin duda por haberle despertado tan temprano. Pero, era el mío, caso que no admitía dilación. De un momento a otro podían aparecer los civiles y yo estaba condenado a muerte.

-Ea, pásame pronto, -dije.

-Poco a poco, señor Fanjul, -replicó el pillastre con sonrisa de mal agüero, insolente y burlona a un tiempo.

-¿Sabe usted cuánto vale hoy pasar el río?

-No sé.

-Le costará cien duros-. Comprendí la pillada. El maldito sabía que huía. Busqué un arma. No tenía ninguna. Era aquel bandido el más fuerte. Si se empeñaba en no pasarme estaba perdido. Capitulé.

-No tengo los cien duros. Te daré todo el dinero que tengo.

No llevaba más que veinte o treinta pesetas. Se las ofrecí.

-No le paso.

Le di el reloj, que era de plata, la capa.

-No le paso si no vienen cien duros. Vaya a buscarlos.

No le podía dar el caballo porque le necesitaba para huir más aprisa. Volver atrás era imposible. Me cegó la ira. Iba a saltar del caballo, cuando el hombre de la manta, que presenciara aquella escena sin decir una palabra, me detuvo con un ademán y avanzando hacia el barquero le preguntó.
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-Y por pasarme a mí, ¿cuánto quieres?

-El precio ordinario.

-No te daré nada. Y pasarás al señor Fanjul y me pasarás a mí y nos pasarás tirando de la soga con los dientes.

-¡Oh! ¡Oh! -hizo en tono de mofa el barquero.

Había amanecido. El que hablaba con tanta autoridad se desembozó con rápido ademán, de un revés de la mano levantó el ala del sombrero y empuñó la carabina.

-¿Me conoces? -dijo.

-¡Cucaracha! -exclamó el barquero con terror.

-En carne y huesos.

Temblando como un azogado entró el pasador en la barca. Subimos también nosotros. Iba a coger la soga con las manos el barquero.

-¡Con los dientes he dicho, canalla!

Relampaguearon los ojos del salteador. Obedeció el cobarde. Y con los dientes empezó a tirar de la soga. Era un espectáculo tan tremendo y repugnante a la vez, que no puedo recordarlo sin estremecerme. El miserable temblaba, tenía su cara una expresión como enloquecida; apretaba la cuerda con los dientes, como si mordiera a un enemigo haciendo presa y los ojos, horriblemente dilatados, miraban a Cucaracha. Éste, apoyado en su carabina, inmóvil como una estatua, sin que se estremeciera un solo músculo de su rostro bronceado, sin parpadear, con aquellos ojos que vieran tantas veces la muerte cara a cara, miraba al barquero.

Pasamos. Al saltar, Cucaracha hizo que el barquero me devolviese el dinero, reloj y capa. Di las gracias al salteador.


-Vaya usted tranquilo, -me dijo- ¡buena suerte!

Echo a andar mi caballo. Cucaracha dijo al barquero:

-Si vienen los civiles y nos delatas, te mato mañana.

Volví la cabeza. El bandolero se internaba con paso rápido por entre los árboles de la orilla.

En cuanto a mí, llegué a Zaragoza guiando un carro de trigo. Dos días después tenía el acta. ¿No os parece que la debía más que a los republicanos al pobre Cucaracha?
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24/1/09

Una buena novela histórica

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LITERATURA

Publicado en el suplemento "Domingo" del Diario del Altoaragón, 18 /01/2009
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"El último templario de Aragón". José Antonio Adell. Editorial Pirineo. 2008

José Antonio Adell acaba de publicar "El último templario de Aragón".
Carlos BRAVO SUÁREZ

En este año que acabamos de comenzar, se celebra el setecientos aniversario de la caída del castillo templario de Monzón en manos de las tropas del rey aragonés Jaime II. Cuando en mayo de 1309 se produjo su rendición, dicha fortaleza constituía el último reducto de la orden religioso-militar en el Reino de Aragón. Con motivo de tal efemérides, el escritor José Antonio Adell acaba de publicar "El último templario de Aragón", una muy interesante y bien construida novela histórica que intenta recrear el largo asedio al que el ejército real sometió al enclave templario montisonense.

José Antonio Adell es un escritor con una larga trayectoria literaria que ha escrito numerosas obras -muchas de ellas junto a Celedonio García-, principalmente sobre costumbres, leyendas y otros temas aragoneses. Esta es, sin embargo, su primera novela. Y el escritor literano supera la prueba con buena nota. "El último templario de Aragón" es una bien ambientada novela que intenta reproducir con fidelidad el contexto histórico en que se produjeron los hechos que se narran. Escribir el libro ha supuesto sin duda un importante esfuerzo de investigación y documentación. La detallada ambientación geográfica de la novela es consecuencia del conocimiento directo que el autor tiene sobre los lugares, muchos y precisos, que aparecen en el libro. Sobre todo la ciudad de Monzón, pero también Binéfar y otras muchas poblaciones de las comarcas del Cinca Medio y la Litera, y, en menor medida, de las vecinas tierras de Lérida y de algunos lugares ribagorzanos como Estopiñán. Los nombres de los personajes, según se explica al final del libro, son también reales en su mayor parte.

Pero además de esa detallada ambientación el libro, como novela que es, tiene un adecuado desarrollo narrativo y logra un difícil equilibrio entre su parte más puramente histórica y la más novelesca y ficticia. El relato está narrado en primera persona por el joven Arnau Guillén. El joven binefarense es ordenado caballero de la orden al inicio de la novela y vive el largo asedio al castillo montisonense dando numerosas muestras de entereza y valentía. El joven Arnau es presentado como un templario íntegro, que se debate entre sus inclinaciones humanas y el sometimiento a los estrictos votos de pobreza, obediencia y castidad que acaba de jurar. La orden del Temple, acusada de diversos delitos sobre todo por quienes ambicionaban sus posesiones y riquezas y por aquellos que esperaban librarse de pagar sus diezmos, es tratada en general con simpatía en el libro, destacándose sobre todo su labor de ayuda a los más pobres y necesitados. Pese a ello, también se muestran las divisiones y envidias existentes entre los templarios de Monzón y su manifiesta misoginia. Además, el libro narra una apasionada e intensa historia de amor. Un amor que acaba triunfando sobre todas las adversidades.

En fin, "El último templario de Aragón" permite conocer mejor un episodio histórico del que se cumplen ahora setecientos años y pasar un buen rato leyendo una entretenida novela.
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22/1/09

El gigante aragonés Fermín Arrudi

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PERLAS DE HEMEROTECA
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Gigante de Sallent y su mujer en un artículo publicado por la revista ilustrada "Mar y tierra" en 1900

A comienzos de 1900 la revista ilustrada Mar y tierra publicaba en sus páginas un artículo dedicado a Fermín Arrudi, El gigante aragonés, un personaje interesante en aquellos tiempos en que escaseaban los hombres de talla.

Arrudi se estaba exhibiendo en Barcelona, donde llamaba la atención por su friolera estatura de 2 metros y 29 centímetros. Su pie tenía una longitud de 40 centímetros y calzaba el número 58. Su mano medía 30 centímetros y su pecho tenía una circunferencia de metro 35 centímetros. Pesaba sólo 17o kilogramos.

Mar y tierra nos contaba otros aspectos de su biografía:

"Nació en Sallent, cerca de la frontera francesa, provincia de Huesca (Aragón); sus padres tuvieron la estatura común y tiene un hermano de talla ordinaria y una hermana cuatro años menor que él, la cual mide i metro 96 centímetros. Sus padres eran labradores.

En diferentes Universidades ha sido pesado y auscultado, siendo objeto de estudios científicos. Ocho días permaneció en casa del célebre profesor Pollinger de Munich (Baviera), quien en presencia de sus alumnos hizo constar que era el mayor gigante y al propio tiempo mejor musculado y proporcionado que había visto.

Ha recorrido, exhibiéndose, Alemania, Holanda, Bélgica y Francia, donde últimamente contrajo matrimonio con la simpática rubia que aparece también en nuestro grabado.

Con lo que come diariamente tiene para alimentarse cualquier persona una semana entera, y apura una botella entera de cognac con la misma facilidad que otro cualquiera bebe una copita".
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10/1/09

Exposición de Víctor Solanas Díaz

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¡POR FAVOR NO PINTEN MÁS CUADROS!
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EXPOSICIÓN GALERÍA CALVO i MAYAYO
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DEL 5 DE ENERO AL 4 DE FEBRERO
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La Galería Calvo i Mayayo nos trae esta vez una exposición de dibujos de Víctor Solanas. Dibujos que nos enseñan una gran técnica, que sólo se consigue con años de estudio.
GALERÍA CALVO i MAYAYO.
c/ de la Cadena, 28,
50001 Zaragoza,
Tel.: 976 395 621

Exposiciones de Víctor Solanas Díaz:
  • Premio Caja España Pintura 2008 (http://www.cajaespana.es/obs/salavirtual/T2.html) con su obra: A PIECE OF YELLOW (http://www.cajaespana.es/obs/salavirtual/T2_21.html)
  • Catálogo Exposición "Pintura Joven 2009" de Ibercaja: (http://www.ibercaja.es/obrasocial/pub/doc/7579%20P.IBERCAJA-catalogo.pdf
Otras noticias relacionadas con Víctor Solanas:
  • Veintiséis pinturas reflejan el delirio creativo de Aragón (http://www.aragondigital.es/asp/noticia.asp?notid=40482)
  • Premio Ibercaja de Pintura Joven 2008 ( http://www.ibercaja.es/obrasocial2/detalle.php?id=a213529ee2bffcb2a1652a94b7f163952354927838c25a9f5a0752fc2d7ecd23 )
  • Curso “La música en el cine y en los medios audiovisuales” en Ibercaja Zentrum (http://cinegoza.blogspot.com/2008/10/curso-la-msica-en-el-cine-y-en-los.html)
  • IV Cuaderno de Profesores Poetas (http://poexia.iespana.es/revista/IVcuaderno/Interior%20IV%20cuaderno%20poesia.pdf)
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"Agua, cultura y tradición aragonesa" en el Centro Cultural Ibercaja Huesca

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El agua en las leyendas y tradiciones de Aragón
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Charla con música y proyección
José Antonio Adell y Celedonio García
Los hermanos Santiago y Enrique Lleida interpretarán en directo música original, acompañando la charla con proyección.
Centro Cultural Ibercaja Huesca
12 de enero de 2009
Duquesa Villahermosa, 1. Huesca
20 horas - Entrada libre

7/1/09

Esparvero nº 18, la revista de los "Amigos del Batán" de Fiscal

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Hemos recibido el nº 18 de Esparvero, la revista informativa de la Asociación “Amigos del Batán” de Fiscal, que dirige nuestro incansable “amigo” (entiéndase el doble sentido) Trinitario Bartolomé con la misma ilusión del primero.


La imagen de portada, propia de la época del año, nos aproxima al contenido de la revista y al espíritu que los “Amigos del Batán” tratan de mantener vivos entre sus miembros y a cuantos lectores pueda impregnar:

  • “Hay que despertar y mantener el valor y el gusto por la belleza que atesora el patrimonio arquitectónico, artístico y cultural de la región”.
  • “Debemos apreciar y sentir el patrimonio natural y cultural como algo propio”.

El mismo Trinitario Bartolomé airea en sus artículos una parte de la cultura que quizá pasó demasiado tiempo en el olvido. En el primero, que corresponde al cuarto y último que escribe sobre el tema, trata de los “Instrumentos musicales de tradición popular en Aragón.

Una sabia copla estadillana de 1841 resucita el rumbo del artículo:

Puyatene la chuflaina
el chuflé y el panderito
los ferrez y castañetas
pa que podán divertirnos.

En otro artículo nos habla de la “Ermita de San Nicolás de Bujaruelo” y de “Boltaña”; de esta población escribe con la misma pasión que refleja la Ronda de Boltaña: “Hermosa jaula de piedra, eres mi hogar. Y del castillo hasta Arengal, todas tus casas me sonríen al pasar”.

Entre las páginas revolotean más artículos igualmente interesantes: “La sabiduría popular y el tiempo ‘las calandras’”, extracto de la documentación de Chus Castillo. José María Satué Sanromán, colaborador habitual de la revista, escribe: “Alrededor d’a caminera o primer chabalín”.

La historia y la naturaleza del Pirineo se funden en leyendas como “La muerte de Roldán”, de José Antonio Cuenca Campillo. El reflejo de la portada se manifiesta en la colaboración de Juan Antonio Allué Bellosta: “Desde Ligüerre de Ara, Navidad y navidades”.

José María Cereza Abadías nos lleva, en un emotivo y evocador viaje, por la “Ruta de los pueblos abandonados” del Sobrepuerto.

Nos faltan propuestas para leer; en esta ocasión el tema es “La contienda civil en Aragón”, obra de Miguel Flores Pintado, Antonio Gascón Ricao y Fernando Martínez de Baños Carrillo.

Para comer, ya lo dice el adagio: “sopas bullidas alargan la vida”. El prólogo del libro “La Cocina del Sobrarbe”, de Severino Pallaruelo, nos habla de “Un hombre viejo”.

Para terminar una buena “foguera”; mejor dicho, un poema de Carrasquizo dedicado “a foguera”, propia de las festividades de invierno.

Y de cierre, en contraportada, una hermosa imagen del “Ilex aquifolium”, el arbusto que todos conocemos con el nombre de acebo, cuyas hojas perennes, siempre verdes, evocan el símbolo de la inmortalidad, del que aspira contagiarse la revista Esparvero.

4/1/09

El hombre inconmovible

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Medían su fuerza en competencia con un mulo.

Tiro de mulo
DEPORTES TRADICIONALES

Celedonio García
En los años treinta Barcala publicó en las paginas de La Voz de Aragón una serie de artículos sobre deportes tradicionales aragoneses bajo el epígrafe “Antes de que el fútbol fuese tan popular”. Entre los deportes de fuerza recogía el que bautizaba como "el hombre inconmovible".
Era común que el hombre tuviera tendencia a hacer juegos como una continuación del trabajo diario, y aunque parece que el campesino busca juegos en los que desarrolla la tensión muscular como máxima dificultad, sin que obliguen a un esfuerzo intelectual no siempre ha sido así.

Distinguiremos dos modalidades del mismo juego. En la primera la prueba consistía en anular con el esfuerzo humano el arranque vigoroso de un mulo.

Tendido el atleta en posición supina en el suelo de un patio y con los pies apoyados en el quicio de una puerta, tomaba los extremos de los tirantes que van enganchados a un mula; de esta guisa, arreada de firme la caballería y tirando como pudiera hacerlo de un carro, debla levantar al hombre.

El esfuerzo que hacía el hombre nos imaginamos que sería de caballo, pero en el éxito del juego entraba también la habilidad y el razonamiento; si el hombre tiraba oportuna y alternativamente de un tirante y aflojaba el otro, el tiro del mulo resultaba incierto y anulado en gran parte, lográndose, al fin, que el animal se fatigase y acabara par no querer tirar, aun cuando los palos menudeaban en su lomo.
"Tiro de soga
La segunda modalidad, en la que las artimañas de la habilidad no tenían tanta eficacia, es la que representa el otro grabado: varios hombres tiran de una cuerda atada al centro de un mango de azadón, lo que hacía imposible el tira y afloja.
En este ejercicio, puesto que el tumbado tenía una ventaja inicial sobre sus adversarios, el éxito estribaba en fatigarles con ligeras cesiones y bruscas resistencias, es decir, dando irregulares intermitencias y violentas sacudidas.
Juego de la pica

Otras competencias de fuerza menos violentas son las conocidas por los nombres de “la pica” o “el pulseo”, muy practicadas en otro tiempo, y que servían para pasar un buen rato después de las cotidianas faenas, y para merendar a gusto a costa de los que resultaban vencidos.
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En algunos lugares, las demostraciones de fuerza adquirían el carácter de “trastada” o “faena” más o menos grande.

En Vicién (Huesca) nos contaban que, la víspera de los días festivos después de la ronda o sustituyendo esta galantería, los mozos del lugar mataban el tiempo de holganza con otro tipo de “juegos” o diversiones.

Unas veces arrastraban todos los carros que encontraban por el pueblo y los echaban al canal o a la balsa; otras colgaban los arados de los balcones como si fueran los huesos que se ponen a las mozas presumidas cuando colocan las enramadas de Pascua.
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También eran frecuentes las “corridas de forasteros”, aunque en éstas la fuerza no la utilizaban, siempre que los forasteros corrieran más.
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Publicado en Stadio Sport. Zaragoza, 19 de diciembre de 1990
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2/1/09

Corrida de pollos y baile del pollo de Oliete


Julio García Condoy pintó para la Exposición Hispano-Francesa de Bellas Artes de 1919, celebrada en Zaragoza, el cuadro "Ya llega el vencedor"
  • Melodías recopiladas por Celedonio García (Informante: Alguacil de Oliete)
  • Transcrito por Luis Miguel Bajén

Dulzaineros del Bajo Aragón amenizando la "corrida de pollos de Albalate del Arzobispo (Foto: C. García)
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Estas dos piezas, una para animar las corridas de pollos en Oliete y la otra como jota bailada al final de la carrera, forma­ban parte del repertorio del gaitero de la Hoz de la Vieja, conocido como el "Tío Cañico" 0 "El Pelletero".

EI "Tío Cañico" era muy popular en la comarca, no sólo por su dulzaina, sino por ser el animador de las películas de cine, que él mismo proyectaba.
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Corrida de pollos de Oliete



Baile del pollo de Oliete

Los vencedores de la corrida de Albalate del Arzobispo bailan la jota o "baile del pollo", interpretado por los Dulzaineros del Bajo Aragón
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En La Puebla de Híjar los campeones de la carrera pedestre bailan al ritmo de los "Dulzaineros de La Puebla", "Grupo Azofra"*
Publicado en Gaiteros de Aragón, Revista de Música y Cultura Tradicional. Otoño-Invierno 1991, Nº 1
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