San Lorenzo del Flumen y su fuente
Fuente ornamental realizada por el escultor Pedro Ania con motivo de cumplirse el "50 Aniversario de San Lorenzo del Flumen"
(1963-2013)
(1963-2013)
(...) Los pueblos surgieron de la nada. Eran lugares sin raíces. No tenían costumbres ni tradiciones. Pero poco a poco y con mucho esfuerzo fueron asentando las bases de una nueva vida, probablemente diferente a la que algunos habían visto desvanecer en sus lugares de origen a causa de la despoblación.
Estos pueblos originaron un trasiego continuo de comerciantes y transportistas. Allí acudíamos con frecuencia, unas veces para llevar simientes, abonos, piensos…, y otras para recoger la cosecha y el ganado. Todos los días, a primera hora de la mañana, los camiones de la leche, procedentes de Huesca o de Grañén, nutrían su buche con el líquido blanco que recogían de puerta en puerta.
Los mismos cántaros metálicos de la leche luego servían para acarrear el agua desde la única fuente del pueblo, situada en la parte más alta, hasta las casas o corrales. De todas las calles salían hombres y mujeres con sus carritos y cántaros en dirección a la fuente; así, un viaje tras otro, hasta acumular la suficiente agua para calmar la sed de los animales y cubrir las necesidades de la casa. Por las tardes, al salir de la escuela, los niños seguían con la misma tarea. A veces, entre ellos preparaban carreras. Eran los fórmula 1 de la época. Frecuentemente los cántaros acababan rodando calle abajo; un reguero de agua marcaba la trayectoria del recipiente. Y allí quedaban panza arriba los carritos y sus pilotos. En varias ocasiones pude contemplar el espectáculo que, milagrosamente, tan sólo provocaba algunas magulladuras en aquellos niños (...).
Extracto del libro El país de Adell y García. Un viaje insólito por Aragón, de José Antonio Adell Castán y Celedonio García Rodríguez.Editorial Pirineo. Huesca, 2007. http://garcia-adell.blogspot.com/2007/10/el-pas-de-adell-y-garca.html
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