Celedonio García
Los festejos del último cuarto del siglo XIX no debieron variar mucho de los celebrados en siglos anteriores, si bien es cierto que algunos, como los taurinos, dependían de los recursos económicos del momento o de las autorizaciones. Otros, como la típica “corrida de pollos” o las cucañas eran imprescindible de todas las celebraciones festivas.
Volviendo a 1879, se corrió un “bravo toro embolado”. Fue el festejo más destacado. Intervino la banda de Aguarón en la misa cantada y en otros actos, como las “corridas de pollos” y demás diversiones (entre las que podrían incluirse las corridas de entalegados, burros con albarda suelta y otros juegos jocosos). Las fiestas concluían con la tradicional hoguera, donde los jóvenes bailaban y saltaban a los acordes de la música.
Una década después la banda de Aguarón seguía protagonizando los actos musicales, tanto religiosos (procesiones desde la iglesia parroquial hasta la ermita y rosario general) como profanos, amenizando las “corridas de pollos” y los fuegos artificiales (cuatro carretillas). Hubo gigantes y enanos, acompañados de la dulzaina y el tamboril en los recorridos por las calles, o los modernos espectáculos visuales de los “cuadros disolventes”. Las breves crónicas no confirman si finalmente hubo vaquillas, tal como se aventuraba antes de las fiestas.
Con el nuevo siglo se popularizan las corridas de toros, mientras que se mantienen los festejos que habían dado cuerpo a las fiestas del siglo pasado: “corridas de pollos”, fuegos artificiales y bailes generales en la plaza de la Constitución.
Muel en 1965. Foto Sicilia
Las bandas de Aguarón y Encinacorba en los años 20
La crónica de La Voz de Aragón recoge lo que realmente sucedió: “Ayer, cuando más animación había para asistir a la carrera pedestre y cuando la multitud se congregaba en las eras para presenciarla, se preparó una tormenta que poco a poco fue tomando un aspecto serio. A las cuatro las gruesas gotas que caían hicieron correr a las muchas personas que nos encontrábamos en el sitio mencionado, siguiendo la lluvia hasta las cinco, que empezó a caer piedra, algunas de ellas como huevo de perdiz, en seco, acumulándose las nubes en estado imponente, Seguidamente empezó a arreciar el agua que duró media hora.... Desde el año 1765 dicen no se ha conocido una cosa igual”. Hay que recordar que en la ermita de la Virgen de la Fuente hay una placa o baldosa de cerámica que dice: “El año 1765 inundó el Huerva esta Ermita hasta el presente renglón”. Aquel año se produjo la rotura de la presa de Mezalocha, aunque realmente el suceso tuvo lugar en 1766.
A final de la década y en los años treinta se perdió la denominación de “corrida de pollos” por “carrera pedestre”, al ser sustituidas las aves de corral por premios en metálico. El programa festivo apenas se había modificado en relación con los años anteriores. En 1928, “hubo carreras pedestres, de entalegados, de bicicletas y de pacientes asnos, y ‘besos a la sartén’”.
En 1930 las fiestas estuvieron rebosantes de público que acudió a los actos religiosos y a los animados bailes en la plaza de la Constitución con la incansable banda de música de Quinto. Según las crónicas, la banda “interpretó con mucha afinación los bailables más en boga”, al mando de su joven director Julián Bayod , y en los salones de “La Flor de Aragón” y de “La Gran Peña Tablón”. En el salón de “La Flor de Aragón” actuó una orquestina con jazz band a cargo de Jaime Salanova, Antonio Campos, y Eugenio Uriz, pertenecientes al “Arte Musical”.
Las fiestas de los años 30 del siglo pasado
“Las carreras son un número obligado en las fiestas, y aquí las hubo para todos los gustos. Primeramente se celebró una carrera pedestre para personas mayores, y a continuación una carrera pedestre infantil, ganando el primer premio Jesús Casas, el segundo Eugenio Simorte y el tercero José María Burillo y Leopoldo Mazas, que llegaron juntos a la meta.
También tuvo lugar una carrera de entalegados, obteniendo primer premio Silvano García, el segundo Rudesindo Traín y el tercero Antonio Ruiz y Vicente Recio. No podía faltar la clásica carrera de rucios con la albarda al revés, y en esta pintoresca prueba ganó el primer premio José Aliaga Colás, el segundo Rudesindo Traín y el tercero José Pina y Antonio Asensio”.
Igualmente generó entusiasmo la carrera ciclista, de 63 kilómetros. Venció Jesús Aliaga; después llegó Tomás Campillos y a continuación Ezequiel Benedico y Antonio Asensio. En la carrera infantil ganó Vicente Gil seguido de José Aliaga y de José María Burillo.
Las fiestas de 1932 fueron más tristes para mucha gente. Se suprimieron actos religiosos, como la procesión y entusiasmaron menos los profanos, exceptuando el concierto de la banda “La Prosperidad”, de Maluenda. La carrera ciclista no levantó pasiones y, además, el ídolo local, Jesús Aliaga, tuvo un mal día y se retiró a pocos metros de meta. Venció Antonio Prades, de Zaragoza, seguido de Ezequiel Benedico, de Botorrita y José Gracia, de Zaragoza.
En 1934, el cronista de La Voz de Aragón, José Sánchez Carrascón, recordaba que la carrera pedestre era “un número que siempre ha despertado interés”. Y citaba los nombres de los vencedores y la recompensa obtenida: “Los vencedores de esta carrera han sido: Miguel Alebesque, cobrando 15 pesetas, otro corredor, cuyo nombre no nos es posible averiguar, que cobró 10, y Pascual Ansón, a quien correspondieron 5 pesetas”.
En la ciclista vence Jesús Aliaga, seguido de Antonio Laviña y de Benito López. Y en las Corridas de Feria los toreros de Muel, Ángel Ruiz y Pascual de Val, estuvieron formidables. Al día siguiente hubo calderadas con el astado sacrificado y descuartizado para hacerlo estofado. Y el broche de las fiestas lo pusieron “Los Chiscas”, un conjunto de jóvenes dirigido por Domingo Hernández, que siguiendo la iniciativa surgida en 1930, bien caracterizados con pintorescos disfraces y graciosos dichos recorrieron las calles, hasta bien entrada la madrugada.
El año siguiente, 1935, Jesús Serrano hacía la crónica de las fiestas en el Heraldo de Aragón y citaba a los jóvenes vencedores de las carrera pedestre, 1º Miguel Alebesque, 2º Pascual Enciso y 3º Maximino Navarro. Este año también hubo carrera ciclista, fuegos artificiales por el pirotécnico Sr. Sanz, corridas de vaquillas y corrida de la vaca en la plaza de la República. Miguel Alebesque se consagraba como uno de los mejores corredores de la comarca.
Fiestas de posguerra
La Banda Municipal de Música de Zaragoza fue la encargada de amenizar los festejos. La Jota, más espontánea en años anteriores, se potencia con un concurso por parejas para hijos de la villa. Al igual que los encierros y las novilladas.
En los años 50 se mantiene la tradición de celebrar la carrera pedestre el día de la patrona por la tarde, con importantes premios y amenizada por la banda de Encinacorba, en el intermedio del baile celebrado en la plaza de España. El festejo se completaba con los entalegados, las carreras de burros y las carreras ciclistas de cintas.
La novedad en 1957 es un partido de baloncesto en el campo de deportes organizado por la Sección Femenina. Se mantienen los demás festejos, entre ellos las “carreras pedestres” con importantes premios para los vencedores y pruebas ciclistas, este año consistentes en corrida ciclista de cintas y “gran carrera ciclista” para vecinos de la localidad, también con importantes premios.
La década de los años 60 se inicia con la también renombrada banda de Aguarón, dirigida por Joaquín Francés, la carrera pedestre se traslada al día 9 y no se citan las pruebas ciclistas.
En 1962, tras la llegada de la acreditada banda de Aguarón, se inicia un pasacalles, anunciador de las fiestas, presidido por la reina de las fiestas y sus damas de honor. Van acompañadas de un cortejo de los quintos de 1963 con su correspondiente carroza adornada al efecto. La carrera pedestre se celebró el día 8 y el día 9; este día, por coincidir con la cuestación de la “Lucha contra el Cáncer” se colocaron mesas petitorias.
En 1963, la novedad es el cambio de director de la banda de música de Aguaron, con Tomás Pérez Vicente dirigiendo. La carrera pedestre vuelve a disputarse el día 8 y, como siempre, el vecindario despide las fiestas con la típica merienda. Además, todos los días de fiestas se proyectan en el cine Coliseo bonitas películas.
En 1964 la carrera pedestre se sustituye por un espectáculo de lucha libre. En 1968 y 1969, según los programas de fiestas, el día 8, “a las diecisiete horas, gran corrida pedestre por las calles de la localidad, con importantes premios, recibiéndose inscripciones hasta una hora antes de la salida”. Varios días después, el 11, se organizaba “otra carrera pedestre para jóvenes de 14 a 18 años”.
En la década de los años 70 la carrera pedestre va en decadencia. Aparecen competiciones de tiro al plato local y la Federación de Ciclismo se encarga de organizar la carrera ciclista. En varios programas que hemos consultado no aparece la carrera pedestre, aunque podrían estar incompletos. En 1975 se retoman las carreras pedestres. Se perciben cambios, adaptándose a los tiempos modernos, que probablemente no llegaron a cuajar. Las carreras se limitan a los vecinos de la localidad y se distribuyen en tres categorías, infantiles, juveniles y senior, con “importantes premios”.
Las corridas de
pollos en la tradición oral
Las carreras se disputaban en dos días, el 10 y 11 de septiembre (estos datos coinciden con los años 20 del siglo pasado). El recorrido de la carrera iba desde el Puente del “Tío Roque” hasta el “Paso de la Marvanilla” (aproximadamente un kilómetro) y los premios consistían en pollos. El primero recibía dos pollos; el segundo, uno y el tercero, la cebolla.
Entre los corredores más destacados, de antes de la Guerra, destacaba “Pintos” (vivía en Muel, pero no era natural de la villa), y Benigno Alebesque (era pequeño) se llevaba casi siempre los pollos en los años 30. Pero sobre todos destacaba Sixto, un corredor de Mezalocha que también iba a otros pueblos (Villanueva de Huerva, Longares...).
Corrían descalzos y en calzoncillos. La salida (o la suelta) la daba el alguacil con la chuflaina o con un pañuelo. Antes de la carrera era habitual escuchar expresiones como “a ver quién gana la primera”.
Después de la carrera iban a la “casa del lugar”. Al día siguiente se hacía otra carrera. A veces salían seis o siete corredores y algunas veces sólo llegaban dos. La cebolla no era bien aceptada por algunos corredores
En la horca ponían un pañuelo y los pollos. Después de la Guerra ya desapareció la horca de los pollos.
Llega la Milla, del deporte tradicional al deporte moderno
En el 2005 se recuperan las carreras al soplo de las modas y bajo el amparo de la Federación Aragonesa de Atletismo. Durante años la Federación Aragonesa de Atletismo trató de acoger o controlar las ancestrales carreras pedestres; es decir transformar un juego o deporte tradicional en un deporte moderno. Así sucedió en el 2005, la antigua “corrida de pollos”, luego “carrera pedestre” por la desaparición de las aves de corral como premio, que durante siglos se había celebrado en las fiestas de la Virgen de la Fuente, ahora se transforma en una prueba moderna, de origen inglés. En el 2006 surge el CD Muel y se encarga de su organización.
Como todas las modas, la milla de Muel tuvo su explosión, convirtiéndose en una de las millas más importantes de España, pero desapareció una década después.
Las fiestas de la Virgen de la Fuente en la
actualidad
Se venera la “Virgen de la Fuente con misa y procesión hasta la ermita, donde se lleva a cabo la ofrenda floral. Cada noche, al terminar el baile, todos se suman a la tradicional “Gallegada”, que se baila con el acompañamiento de la música. “La Gallegada” es un baile típico de Muel cuya interpretación se ofrece en casi todos los bailes y verbenas que se celebran en la villa. El día 24 de octubre de 2010, en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza, la Banda de Música de Muel, que celebraba sus 25 años, junto a la Rondalla Amantes de la Jota, la Coral Zaragoza y la Banda de Gaitas de Boto Aragonesas interpretaron en el escenario esta pieza. El último día de fiestas se celebra el día de la vaca con la típica calderada”.
Volver al íNDICE
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario