11/4/10

Interpretaciones sobre el Himno de Riego

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Rafael del Riego y Núñez
Publicado en la revista Gaiteros de Aragón, Nº 12. Otoño 1998

Celedonio García Rodríguez

Se ha escrito mucho y se han dado muchas interpretaciones sobre el posible origen del “Himno de Riego”, conocido también en determinados ambientes como el “Himno de los Gaiteros” de Aragón, por ser una melodía que nunca falta en las numerosas fiestas que improvisan los dulzaineros aragoneses.
Está muy extendida la teoría de que el autor de la música del Himno de Riego se inspiró en el “ball” de Benasque. Como sucedió con el actual himno nacional, este tema musical se interpretó en diferentes dances y con profusión en tiempo de la República. Realmente desconocemos si el genial compositor se inspiró en las danzas aragonesas, teoría que no sería del todo descabellada si la relacionamos con alguna de las opiniones sobre su origen, que entresacamos del artículo de Pérez de Capo titulado “El himno de Riego, marcha nacional”, publicado en el periódico El Día de Zaragoza, el 8 de diciembre de 1923.

En la sesión de las Cortes de 3 de abril de 1822 se aprobó por unanimidad la proposición acerca de que “la canción marcial conocida con el nombre de Himno de Riego, y que fue entonada por la columna volante del mando de este general en las marchas y lides que emprendió en el discurso de su gloriosa empresa, sea declarada marcha nacional y de ordenanza”.

Las razones en las que se fundaba este dictamen se basaban en: El tono animado y marcial de dicho himno; las grandes memorias que recordaba, lección y estímulo de los soldados y ciudadanos que formaban y formarían el ejército español; la circunstancia de ser una marcha verdaderamente original española, cualidad que faltaba a alguna de las que se utilizaban erradamente consideradas españolas; por el entusiasmo que se tocaba por los Cuerpos del ejército, y para evitar cualquier otro inconveniente.

El decreto declarando al himno de Riego marcha nacional de ordenanza, y los artículos que lo regulaban, fue publicado el día 7 de abril de 1822.

Años más tarde, el 22 de mayo de 1932, El Noticiero de Zaragoza se hacía eco de una nota publicada por La Opinión de Ceuta, y reproducida por la revista musical Harmonía, recogiendo el citado decreto. También ponía énfasis en el hecho de que el rey Fernando VII declarara el himno marcha nacional; es decir, que calificaban al Himno de Riego de fernandino, concluyendo: “Para que los republicanos nos llamen reaccionarios”.

Al margen de todas estas consideraciones propias de la época, nos vamos a centrar en el mar de confusiones que rodeaban al Himno para Pérez de Capo, y que en gran medida reproducimos.

Según Grimaldi, «la música del himno fue compuesta en Morón por el profesor don Manuel Varo, músico mayor de la charanga de la Caballería que llevaba la columna, y en su origen era un rigodón (¡!) del mismo Varo, acomodado a la letra, añadiendo las notas del coro, que tiene diferente ritmo; cantándose por primera vez en la plaza de la Constitución de Algeciras, por pueblo y milicia, la noche de la llegada de la columna».

D.F. de B.P. decía que la música fue compuesta, o por lo menos arreglada (porque algunos profesores creían que era francesa de origen), por el músico mayor don José Baro y Saavedra.

D.C. de E. aseguraba haber encontrado, entre varios papeles de música, el himno de Riego en una hoja suelta sin título y con este encabezamiento: Por D. Enrique Krickmariket, campamento de las Cabezas, en primero de marzo de 1820.

D.J.B. recuerda haber leído sin saber dónde, que el autor de la música del himno de Riego fue el señor Gomis, y agrega que también ha oído decir que en 1822 las Cortes concedieron una pensión al autor de la música, que era un relojero alemán.

En la revista El Arte musical (número del 15 de enero de 1861), el profesor de música don Antonio Cordero escribió: “La música del himno de Riego, que se cree composición de don Francisco Sánchez, músico mayor del regimiento de Valencia está tomada de una contradanza que en Barcelona escribió años antes el señor de don José María de Reart y de Copóns, y que circuló manuscrita con el título «Contradanza francesa», sin el nombre del autor.

Si consultamos alguna enciclopedia veremos que todavía se adjudican otras paternidades al Himno, más concretamente, que fue compuesto por Huerta, y aún se nos recuerda que fue adoptado como himno nacional durante la II República española.

En otro artículo, Baltasar de Saldoni razonaba que el “himno primitivo, original, legítimo y verdadero de Riego” no era el que con tanta frecuencia se tocaba por todas las orquestas y bandas, compás de 6 por 8, sino el de 2 por 4, cuya letra dice:
“Soldados, la patria,
nos llama a la lid...”
Este era el que se cantó a los pocos días del pronunciamiento de Riego y otros en Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820.

Con todo lo dicho, nuevas dudas desconcertaban a Pérez de Capo, criticando la forma del dictamen de la Comisión señalado al principio:

a) ¿Por qué declaraban marcha Nacional el himno primitivo, es decir, el que se había cantado en Cabezas de San Juan, y no el que tocaban todas las bandas poco antes de dar el referido dictamen? El propio Riego había cantado los dos en Madrid, decantándose partidario del segundo.

b) ¿Cómo se puede hablar de “marcha verdaderamente original española” sin tener certeza absoluta de su origen?

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