30/11/07

Gala del Atletismo Aragonés 2007

25/11/07

Celedonio García Rodríguez

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GARCÍA RODRÍGUEZ, Celedonio
(Menasalbas, Toledo, 22-V-1961)

Profesor, investigador y escritor. Desarrolla su actividad docente en el I.E.S. “Benjamín Jarnés” de Fuentes de Ebro. Es profesor de Educación Física y Licenciado en Geografía e Historia. Su trayectoria docente ha transcurrido por Teruel, Calatayud, Utrillas, Zaragoza, Almazán, Sigüenza y Daroca. Ha publicado más de veinte libros, cientos de artículos y ha impartido casi un millar de conferencias por toda la geografía aragonesa, la mayor parte con José Antonio Adell*. También ha colaborado en varios programas de radio.

Al poco tiempo de nacer, su familia se desplazó a vivir en Albalate de Cinca (Huesca) y dos años después a San Lorenzo del Flumen (Huesca), donde Celedonio García pasó su infancia. Desde 1977 reside en Zaragoza. Está casado y es padre de dos hijos.

Su juventud ha estado marcada por la práctica deportiva, especialmente el atletismo. Conoció a José Antonio Adell en competiciones de cross y en las carreras pedestres que se disputan por Aragón siguiendo la tradición de las antiguas “corridas de pollos”. Con Adell publicó su primer libro, El pedestrismo en Aragón (DGA, 1987). Fue el inicio de una larga trayectoria de publicaciones conjuntas sobre temas de cultura popular aragonesa: Fiestas tradicionales del Altoaragón (I.E.A., 1988); La fiesta en el Altoaragón (Diario del Altoaragón, 1992); cuatro volúmenes de Fiestas y tradiciones en el Altoaragón (Pirineo, 1998-1999), uno de cada estación; Los juegos tradicionales aragoneses, patrimonio etnológico. Aplicaciones didácticas (DGA, 1998); El fenómeno deportivo en Aragón. Del juego tradicional al deporte moderno (DGA, 1999); Chistavín, el andarín de Berbegal (Pirineo, 1998); Historias de bandoleros aragoneses (Pirineo, 2000); Historias de nuestros pueblos. Huesca (Pirineo, 2000); Brujas, demonios, gigantes, encantarias y seres mágicos de Aragón (Pirineo, 2001); Historias de amor en Aragón (Pirineo, 2001; Otros bandoleros aragoneses (Pirineo, 2002); Leyendas misteriosas de Aragón (Pirineo, 2003), reeditado en el 2013; En busca del agua. Cultura y tradición aragonesa (Pirineo, 2004), Historias de nuestros pueblos. Zaragoza (Pirineo, 2005), el librito Música de corridas de pollos en Aragón (ANUE-UNESCO, 2006) que acompaña al cede del mismo título, producido por Pepín Banzo; El país de Adell y García. Un viaje insólito por Aragón (Pirineo, 2007); Las carreras pedestres de Aragón. Tres siglos en Imágenes (Oficina UNESCO-Deporte Aragón, 2011); Historias de nuestros pueblos. Teruel (Pirineo, 2013); Bandoleros. Historias y leyendas románticas españolas (Ediciones de la Torre, Madrid 2014), e Historias y leyendas de los castillos de Aragón (Pirineo, 2015)  .

Ha participado con otros autores en obras conjuntas de temática deportiva, Diccionario Paidotribo de la actividad física y el deporte (Paidotribo, 1999), o aragonesa: Aragón. Huesca (Mediterráneo, 1993); Historia del Atletismo Aragonés (1923-1950). Federación Aragonesa de Atletismo, 1998); Huesca. Guía turística del Altoaragón (Pirineo, 2003); Pirineo, un país de cuento (Pirineum, 2003), o varios tomos de comarcas aragonesas de la colección “Territorio”, editados por la Diputación General de Aragón, entre otras.

Con los alumnos de dos centros que ha impartido docencia (Sigüenza y Daroca) ha impulsado recopilaciones de juegos tradiciones, que posteriormente han visto la luz en dos libros titulados Juegos de nuestra tierra. Recopilación de juegos tradicionales de la provincia de Guadalajara (Ediciones de Librería Rayuela, 1999) y Juegos de la Comunidad de Daroca (Centro de Estudios Darocenses, 1997).

Es colaborador habitual del Diario del Altoaragón y de las revistas Gaiteros de Aragón y Atletismo Aragonés.

Conjuntamente con José Antonio Adell, ha recibido el “Premio Asociación de Gaiteros de Aragón 2003”, por su labor realizada a favor de la cultura aragonesa, y el premio “X Feria del Libro Aragonés 2004” ; el Galardón Joaquín Costa "Educativo Cultural" 2010; el "XIV Galardón Félix de Azara", por su compromiso con el medio rural y labor de divulgación de la historia, la cultura y las costumbres y tradiciones de Aragón, y ha sido galardonado entre los "Altoaragoneses del Año 2011".

Texto actualizado extraído de la Gran Enciclopedia Aragonesa. Apéndice V.

20/11/07

Cruz Navarro nos muestra su exposición en la sala CAI Barbasán

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La obra de CRUZ NAVARRO ha estado expuesta del 8 al 22 de noviembre en la sala CAI Barbasán (C/ Don Jaime I, 33) en horario de 19 h a 21 h.

19/11/07

Presentación del libro "El país de Adell y García"

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Muchos amigos nos han acompañado en la presentación de nuestro nuevo libro El país de Adell y García. Un viaje insólito por Aragón. La sala Ámbito Cultural del Corte Inglés ha colgado el cartel de "completo". Ha sido una agradable sorpresa. Muchas gracias a todos. Y a los que no habéis podido estar con nosotros. Nuestro agradecimiento también a Isidro Ferrer, por la magnífica portada, y a nuestro editor José Luis Añaños (Editorial Pirineo).







Fotos: Alodia y Adrián

13/11/07

Exposición de Cruz Navarro

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CRUZ NAVARRO expone su obra del 8 al 22 de noviembre en la sala CAI Barbasán (C/ Don Jaime I, 33) en horario de 19 h a 21 h.

6/11/07

El país de Adell y García

Portada: Isidro Ferrer
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El lunes 19 de noviembre de 2007, a las 19 h., presentamos nuestro nuevo libro en la sala Ámbito Cultural del Corte Inglés (Pº Independencia, 11, 2ª planta).
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ACTIVIDADES CULTURALES DE ÁMBITO CULTURAL
EL CORTE INGLÉS DE ZARAGOZA

2/11/07

Los inicios del atletismo bilbilitano

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I Vuelta a Calatayud (Foto: Archivo C. García)

Celedonio García Rodríguez

Las pruebas atléticas, esencialmente las denominadas “corridas de pollos”, se remontan, por toda la comunidad aragonesa, muchos años antes de que surgiera la Federación Aragonesa de Atletismo (1923). En sus inicios, el moderno atletismo se nutrió de aquellos héroes locales que tantas jornadas de gloria habían grabado en el recuerdo de las gentes de nuestros pueblos.
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La comarca de Calatayud fue un verdadero ejemplo en Aragón de la pasión que arrastraba a la disputa de estas pruebas, convirtiendo las fiestas de todos los pueblos en auténticas justas atléticas por conquistar el honorífico premio que constituía el “pollo” o “gallo”, ave de corral con la que se recompensaba a los primeros clasificados.

Los concursos atléticos organizados en Calatayud no se limitaron a las tradicionales carreras propias de las fiestas aragonesas, sino que la ciudad bilbilitana también acogió interesantes certámenes deportivos, propiciados por “retos” y “apuestas”, que tanto seducían a finales del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX.
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Pruebas atléticas a finales del siglo XIX
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Durante todo el siglo XIX se disputaron estas típicas pruebas organizadas por la Cofradía de la Purísima el día de su festividad (8 de diciembre), coincidiendo con las fiestas del barrio de Soria.
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Siguiendo la tradición, por la mañana los selectos pollos de corral con los que se premia a los vencedores se cuelgan vivos en bieldos profusamente adornados, se bendicen y rompen filas en la procesión de la Virgen por las calles del barrio. Por la tarde, a las tres, los portadores de los pollos y la banda salen en desfile hasta la ermita de la Purísima, lugar de salida y llegada de las corridas.

La prueba se disputa por la calle de la Rúa y antigua carretera de Soria. El nombre de la calle viene de los “ruanos”, las gentes del estado llano que se dedicaban al comercio y a otros libres y honrados menesteres. Y siempre, a pesar del frío que caracteriza esta época del año, acuden miles de personas a presenciar las corridas, repitiéndose la pintoresco nota del día de la Inmaculada.

Mariano Rubio describía en 1952 el ambiente del inmenso gentío que todo lo llenaba ávido de no perderse el espectáculo: “Ríos de personal que cruza calles y plazas toman la antigua calle de la Rúa para desembocar en la puerta de Soria que es precisamente la meta de la corrida”. Los corredores, vestidos con una rústica indumentaria y descalzos, repetían año tras año una de las más típicas costumbres bilbilitanas con el afán de obtener los tres pollos, dos y uno, con los que se premiaba a los tres primeros clasificados, respectivamente.
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La distancia y el recorrido han sufrido pequeñas alteraciones con el paso de los años. En 1876, doce o catorce mozos se dispusieron a recorrer el kilómetro y medio de la prueba. Después, una turba de chicos disputó una segunda corrida. Según el cálculo del cronista, esta diversión popular la presenciaron más de cuatro mil personas.

Las carreras apasionaban a los bilbilitanos y también a los aficionados de los pueblos próximos. En 1883 consiguió el primer premio un corredor de Torralba y los dos restantes dos jóvenes de Calatayud. Sin embargo, un particular, ávido de volver a disfrutar de la corrida, costeó otra que se disputó al día siguiente y a la que asistió también numerosa concurrencia, ganando los premios tres bilbilitanos.

No es extraño que aquel año las carreras causaran tanto ardor entre los aficionados, puesto que en el mes de septiembre la Plaza de Toros había acogido la competencia entre Ángel Alda Sánchez, de Miedes y el famoso Mariano Bielsa, apodado “Chistavín”, de Berbegal, que el 22 de octubre de 1882 había vencido al italiano Aquiles Bargossi en la Plaza de Toros de Zaragoza.
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La afición a las carreras en Calatayud había resurgido tras el triunfo de “Chistavín” en Zaragoza, como observamos en el reto que recogía el Eco de Calatayud en marzo de 1883:

“Tal afición se va despertando en las carreras que ayer tarde, a pesar de estar bastante desapacible, se concertó una apuesta entre el Rullao y Tomás Paesa, a cuál de los dos vendría antes desde Terrer hasta la Puerta de igual nombre, de esta ciudad.
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A las diez de la noche terminó la carrera habiendo llegado antes el Rullao, que según vamos viendo, promete se un «Chistavín» de última hora”.
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Las carreras en los primeros años del siglo XX

Corredores dispuestos a tomar la salida junto a la Puerta de Terrer de Calatayud (Foto: Archivo C. García)
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El programa festivo de San Roque y de la Virgen de la Peña también incluía las típicas pruebas pedestres que fueron evolucionando según la moda imperante en cada época. A finales del siglo XIX se denominaba “corrida de pollos”. En los primeros años del siglo XX la carrera pedestre que se organizaba para San Roque consistía en dar la vuelta a la ciudad.

En las fiestas de septiembre las carreras se celebraban en la Plaza de Toros, formando parte de un festival deportivo de carreras pedestres y ciclistas. En 1909 se adjudicaron los tres primeros premios Blas Blasco, Gregorio Blasco y Luis Pascual, respectivamente. Blas Blasco volvería a vencer al año siguiente, seguido de Antonio Lázaro.

La Plaza de Toros ya había sido en el nuevo siglo escenario de interesantes desafíos, como los celebrados el 25 de diciembre de 1905 y el 6 de enero de 1906. En estas carreras participaron, entre otros, Jacinto Torres Ibáñez, de Huérmeda; Antonio Mambrona, de Terrer; Ildefonso García, de Orera; José Piedra La Huerta y Cándido Pérez (a) “Candiles”, ambos de Calatayud. Sin embargo, lo más interesante fue el reto que había lanzado el corredor de Terrer, Basilio Campos, para dar 30 vueltas a la pista de la plaza de toros, jugándose 500 pesetas, y aceptado por Félix Francia, de Belmonte, que finalmente resultaría vencedor.

En los primeros días de marzo se celebraba la Feria de ganados. Con este motivo se programaban diferentes festejos, entre otros la carrera pedestre. En 1915 la prueba se denominaba “corrida de pollos”, por ser estas aves de corral los premios que se otorgaban a los primeros corredores que realizaban el trayecto señalado en torno a la Puerta de Terrer.
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A partir de los años veinte, las diferentes pruebas pedestres que se organizaron en Calatayud en sus fiestas patronales (San Roque y la Virgen de la Peña), en las Ferias de Marzo, así como en las de los barrios, principalmente en el de la Purísima, contaron con la presencia de destacados corredores comarcales que llegarían a brillar en pruebas federadas.

Algunos de los corredores más afamados que en estos años participaron en las carreras bilbilitanas fueron: Antonio Burgos de Cetina; Iñigo Navarro, de Ariza; Manuel Gil, de Villafeliche; Miguel Delgado, de Paracuellos de Jiloca, o el bilbilitano Jesús Aramburu. En la denominación de la carrera organizada en las fiestas de septiembre de 1921 ya se dejó notar la influencia anglosajona, “cross-country”, y comenzaron a llegar atletas destacados de fuera de la comarca y de la región, como Pascual Ayuda, de Montañana.

En la segunda mitad de la década de los años veinte y primeros años de los treinta, surgieron nuevos corredores que llegaron a destacar en pruebas federadas de carácter nacional, como Vicente Bernal, Hilario Romeo, Braulio Bernal y Agapito Guillén, de Terrer; Félix Tomey, de La Vilueña; Tomás Palacín, de Cervera de la Cañada; Pedro Martínez, de Mesones; Vicente Pascual, de Monteagudo de los Vicarios; Hermenegildo Castillo, de Belmonte; Manuel Lezcano, de Paracuellos de Jiloca; Marcos Anglada, de Milmarcos, o los bilbilitanos Juan Pablo Calvo, Jesús Mora y Jacinto Bautista.

En 1930 el club Ayub organizó la carrera de las fiestas de septiembre, contando con destacados corredores del Español de Zaragoza: Manuel Clavero, Alfredo Martínez, Joaquín Oliete, Francisco Pardos y Antonio Moros. Sin embargo, las carreras más emocionantes de esta década fueron las que se celebraron en la Plaza de Toros, contando con la presencia del campeón de España de Maratón, Victoriano Pérez, de La Cartuja Baja, y de Clemente Góez, de Garrapinillos, como principales atracciones.

Artículo publicado en la revista Atletismo Aragonés, Nº 1. Enero 2005
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El Primer Campeonato de Aragón de Atletismo

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Salto con pértiga, 1941 (Foto: Archivo C. García)

HISTORIA DEL ATLETISMO ARAGONÉS

Celedonio García Rodríguez

El éxito obtenido por Dionisio Magén al clasificarse en séptimo lugar en los Campeonatos Nacionales de Cross, celebrados el 29 de abril de 1923, impulsó la creación de la Federación Aragonesa de Atletismo.

El entusiasmo reinante en la Unión Atlética Aragonesa propició la organización de pruebas atléticas para el 20 y 27 de mayo, que tendrían lugar en el campo de las Delicias, durante el descanso del partido de fútbol. El 27 se programó una carrera de 5.000 metros para batir el record regional, establecido por De Miguel en 19 m. y 35 s. Este mismo día se transformaría la Unión Atlética en la actual Federación Aragonesa de Atletismo.

Recien creada la Federación, los atletas trabajaban sin descanso y con entusiasmo por el deseo de de concurrir al Campeonato Nacional de Atletismo que se iba a celebrar en Bilbao en el mes de agosto.
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Con el fin de seleccionar a un equipo digno que representase a la región, se fijaron las siguientes marcas mínimas: Salto de altura (con impulso), 1,60 m.; salto de longitud (con impulso), 5,70 m.; triple salto, 11 m.; salto con pértiga, 2,70 m.; lanzamiento de disco, 30 m.; de peso, 10,50 m.; de jabalina, 38 m., de martillo, 25 m.; en 100 m. lisos, 11 s. 3/5; 200 m., 24 s. 2/5; 400 m., 58 s.; 800 m., 2 m. 10 s.; 1.500 m., 4 m. 35 s.; 5.000 m., 17 m. y 10.000 m., 37 m.
Los primeros Campeonatos Atléticos de Aragón se organizaron con el fin de seleccionar a los atletas que acudirían a Bilbao y, al mismo tiempo, las marcas alcanzadas quedarían como records de Aragón.

Un Reglamento de 18 artículos regulaba los Campeonatos, en los que podían participar, según el art. 2º, "todos los atletas de las Sociedades deportivas de Aragón y todos los individuos libres que acreditaran no ser profesionales". Todos los participantes debían inscribirse en el gimnasio del doctor Julio Pérez Larrosa, donde se les reconocía, requisito sin el cual, por acuerdo de la Federación Nacional, no se podía tomar parte.
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Entre los artículos más llamativos del Reglamento se puede entresacar el 7º, que decía: "La inscripción irá acompañada de dos pesetas, reenvolsables al devolver el dorsal. Si el atleta no acudiese a las pruebas sin ser caso de fuerza mayor justificada, perderá dicha cantidad". En el art. 12 y 13, referentes a los saltos y lanzamientos, se fijaba que cada concursante tendría derecho a cuatro saltos en las eliminatorias, quedando para las finales los tres primeros clasificados.
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El 14 se refería al lanzamiento de barra: "Será completamente libre, pero no se permitirá hacer agujeros para apoyar los pies". El 17 explicaba que "para adelantar a un corredor en un carrera, tendrá que hacerse siempre por la derecha si éste va por la línea interior; si se hiciese por el lado contrario será descalificado".
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Por último, el 18 decía que "la Federación organizadora declina todas las responsabilidades por los daños o perjuicios morales y materiales que los participantes puedan sufrir y éstos se comprometen a no entablar demanda judicial ninguna a la Federación Atlética Aragonesa".
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El 5 de agosto, en el campo de la Hípica de Zaragoza, se disputaron las finales, que comenzaban a las siete de la mañana con las siguientes pruebas: Carrera de 5.000 m., lanzamiento de peso, salto de longitud con impulso, carrera de 200 m. lisos, lanzamiento de jabalina, triple salto olímpico y carrera de 400 m. lisos. Por la tarde, antes del partido de foot-ball que enfrentaba al Zaragoza F.C y al Huesca F.C., cuyos ingresos se destiarían a sufragar los gastos de viaje y estancia del equipo de atletas que acudiría a Bilbao, se celebraron las eliminatorias de salto de altura, tiro de barra y salto de pértiga; en el descanso se corrieron los 400 m., los 800 m. y se lanzó el disco, y al final del partido se corrieron los 1.500 m.
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RESULTADOS

PRIMEROS CAMPEONATOS OFICIALES DE ARAGÓN DE ATLETISMO

100 m., 1º Carlos Aznar (Iberia S.C.), 11 seg. 1/5. 200 m., 1º Carlos Aznar (Iberia S.C.), 26 seg. 400 m., 1º José Marín (R.S.A. Stadium), 57 seg. 800 m., Jesús Valdés (S.D. Universitaria) 2 min. 10 seg. 1500 m., 1º José Marín (R.S.A. Stadium), 4 min. 33 seg. 3/5. 5.000 m., Vicente Magén (R.S.A. Stadium), 17 min. 53 seg. Salto de altura, 1º Jesús Valdés (S:D: Universitaria), 1,60 m. Salto de longitud, 1º Carlos Aznar (Iberia S.C.), 5,80 m. Triple salto (olímpico), 1º Antonio Sánchez (U.S. Aragón), 11,30 m.

Publicado en la revista Atletismo Aragonés, Nº 5, Septiembre-Octubre-Noviembre de 1994
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1/11/07

RADIQUERO. Noche de Ánimas

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Foto: Celedonio García

Viernes, 29 de octubre de 2004
Colaboración leída en el programa “Hoy por hoy” de Radio Zaragoza, dirigido por David Marqueta

¡Hola Amigos!

Nuestro viaje nos lleva a Radiquero, un pequeño y pintoresco lugar del municipio de Alquézar, en el Somontano de Barbastro.

Radiquero es famoso, entre otras cosas, por su queso y su vino.

Merece la pena acercarse a Radiquero. Ahora es un buen momento, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos.

Este día recordamos a los difuntos y se acude a los cementerios. Antes era un día de luto y oración para los mayores, pero también una fecha muy esperada por los niños para construir calaveras, con las calabazas que habían cultivado en el huerto.

Al llegar la “Noche de Ánimas”, el silencio nocturno se rompía con el sonido sobrecogedor de las campanas de la iglesia, que repetían, hora tras hora, el toque de difunto. Los niños colocaban calabazas huecas, con una vela encendida, en los nichos de los cementerios, y también recorrían las oscuras calles del pueblo con sus impresionantes calabazas. El ritual trataba de ahuyentar a los espíritus; aunque, realmente, sólo servía para propinar algunos sustos.

Después de cenar se rezaba el rosario y comían la castañada. Luego se contaban historias de cementerios, de brujas, de duendes y apariciones, mientras saboreaban los típicos postres (los huesos de santo o los buñuelos de viento). Los niños nunca olvidarían aquellas sobrecogedoras historias.

Ahora, en las ciudades y en muchos lugares ya no interesan estas costumbres de nuestra tierra. Lo que se lleva y está de moda es el “Halloween” de los americanos. Hasta nos avergüenza llamar a nuestra fiesta por su nombre, la “Noche de Ánimas”.

Esto no sucede en Radiquero, allí siguen fabricando calaveras de calabaza, que colocan en los patios, balcones y ventanas. La “Noche de Ánimas”, el pueblo presenta un aspecto hermoso y al mismo tiempo tenebroso. Sus gentes se reúnen en charlas, se cuentan historias misteriosas y se degustan los típicos y sabrosos dulces de la tierra.

Nos despedimos con un buen consejo de Luis Escudero:

Con vino del Somontano,
y queso de Radiquero,
¡qué bien sienta una charrada
en invierno junto al fuego.
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Festivales deportivos en Zaragoza (1915-1918)

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Carrera pedestre por las calles de Zaragoza
HISTORIA DEL ATLETISMO ARAGONÉS
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Celedonio García Rodríguez

Los denominados "Juegos Olímpicos" de 1914, celebrados durante las fiestas del Pilar de Zaragoza, fueron el impulso que necesitaba Zaragoza para el fomento de los deportes. Éstos tuvieron continuidad en años sucesivos con la celebración de "festivales deportivos".

En 1915, también durante las fiestas del Pilar, la Sociedad Gimnástica de Zaragoza organizó en el campo del Velódromo las siguientes pruebas: Salto con trampolín, salto con pértiga, lanzamiento de disco, demostración de boxeo, lanzamiento de barra y carrera de medio fondo. El numero de participantes fue reducido.
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Velódromo de Zaragoza en 1916
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En las mismas fechas de 1917, el Velódromo del paseo de Sagasta y el campo de deportes existente en la calle de Bilbao acogieron dos festivales deportivos con un programa más variado, motivo por el cual se vieron muy concurridos.

En el primer escenario hubo carreras de bicicletas, de velocidad en motos, salto de altura con impulso, salto de anchura y carreras de cosolación, de entalegados y de cintas.

El segundo festival se inició con un partido de "foot-ball" entre el Zaragoza F.C. y el Camerún"; en el intermedio hubo lanzamientos de pesos y, al finalizar, carrera ciclista de lentitud, carrera pedestre a la americana de 2.000 m., carrera ciclista con obstáculos, lanzamiento de barra, lanzamiento de disco y carrera pedestre de velocidad.
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Campo de fútbol de la calle de Bilbao (Zaragoza)

El año anterior se había asentado en Zaragoza una colonia de refugiados alemanes procedentes del Camerún, como consecia de la Gran Guerra. Los alemanes tomaron en arriendo el campo de la calle de Bilbao, situado en lo que había sido el antiguo lavadero de El Carmen. Su presencia sirvió para fomentar el deporte en Zaragoza, especialmente el "foot-ball".

Este lugar acogió diversos festivales deportivos, aprovechando la pujanza que comenzaba a tener el fútbol. En los intermedios y al finalizar los partidos, se organizaban diferentes competiciones; entre otras, algunas atléticas.

Uno de estos festivales, celebrado el 30 de junio de 1918, tuvo un fin benéfico en favor de las colonias infantiles. Las pruebas celebradas y los resultados fueron: Carrera de velocidad de 100 m., en la que participaron Adrol (vencedor de la prueba), P. Cano (segundo clasificado) y R. Ostalé; a continuación hubo un partido de fútbol entre el "Camerún F.C." y la selención de los equipos "España" e "Iberia", venciendo los alemanes del Camerún por 6 a 4. Finalmente se celebró una carrera a la americana, que ganaron Candelas y P. Cano. Las otras pruebas previstas (1.500 m., el lanzamiento de disco y peso, y los saltos de pértiga, anchura y altura) no pudieron celebrarse por falta de luz.

Por los nombres de los participantes podemos observar que algunos disputaron varias pruebas e, incluso, eran los mismos que habían jugado el "match" de "foot-ball".

Muy pronto la actividad deportiva se iría diversificando, tanto en pruebas como en escenarios; así, a finales de 1918, hay un apreciable "resurgir" del deporte en Zaragoza, que se observa por las carreras pedestres que se organizan los domingos por la mañana y los partidos de fútbol por la tarde.

El primero de diciembre de este año se celebró en la carretera de Huesca una carrera pedestre "de medio fondo", con un recorrido de 6.000 m. Los corredores se clasificaron por el siguiente orden: De Miguel, Izquierdo, Méndez, Infante, Abadía, Urroz y J. Ostalé.

Para el domingo siguiente se informaba de otra carrera en el mismo escenario con un atractivo especial, según comprobamos en el anuncio de la prueba: "se celebrará una gran carrera pedestre con el aliciente de llevar cada corredor un entrenador, por lo que se espera que alcancen grandes velocidades".

Publicado en la revista Atletismo Aragonés, Nº 21, Enero Febrero de 1998
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