29/9/08

Pregón de las fiestas de San Miguel Arcángel de Albalate de Cinca 2008


Celedonio García Rodríguez

Autoridades (Alcaldesa, concejales…), zagalas, zagales, zagaletas y zagaletes, vecinos y amigos de Albalate:


Me siento orgulloso de estar con todos vosotros en el inicio de estas fiestas en honor a San Miguel Arcángel. Y de volver a pisar, una vez más, las calles de esta villa que siempre llevo en mi corazón.

Cuando apenas tenía tres meses de edad mis padres vinieron a vivir a Albalate, a la calle Las Damas, número 2.

Aquí pasé los dos primeros años de mi vida. Aprendí a andar, a jugar…, a vivir. En esta plaza Mayor, cuando todavía era de tierra, surgieron mis primeros recuerdos, aquellos que se confunden con sueños felices y siempre permanecen en la retina. No olvido los chupachús que nos daba Elena o los juegos con mi hermano Juan Manuel y con otros niños; algunos como Antonio y Roque, más mayores que nosotros.

Mis padres encontraron en Albalate el cariño y la amistad de un pueblo, de sus gentes, a las que nunca han olvidado. Albalate les sale del corazón, ese corazón que supieron conquistar en su trato diario quienes trabajaban al servicio de los demás: Melchor, el médico; Guillermo, el cartero; Joaquín, el herrero; José, el guardia del agua; el alguacil; el cura que también se encargaba del cine, la carnicería Muñoz, las tiendas de los Maneros, el estanco, el peluquero, Casa Santos y Elena, la Fonda de Lorenzo y Josefina, en el Portal; Bar Burro; Bar El Sevillano; Bar El Pájaro…

En las evocaciones de mis padres, cuando hablan de Albalate, cobran vida familias como Magencias, Maneros, Ferrer, Isla, Cantaré… O nombres como Pilar, María, Hortensia, Ramona, Elena, José, Roque, Juanito, Antonio, Narciso, Guillermo, Santos, Jesús, Rosa, Julia, Juan, Inés, Lucre, Rubén, Ángel, Josefina, Joaquín, Lorenzo o Francisco, entre otros muchos.

Ese afecto y simpatía demuestra que vosotros, los albalateños o albalatinos, estáis acostumbrados a tratar con la gente que frecuenta esta encrucijada de caminos y lugar obligado de tránsito.

En los últimos años he venido con más frecuencia a Albalate. Primero con motivo de las carreras pedestres, incluso tuve el placer de vencer en las fiestas de San Martín de 1986 y en las de San Miguel de 1988. Ganar en el propio pueblo produce una gran satisfacción. Después, para completar nuestros trabajos e impartir charlas sobre temas de cultura tradicional aragonesa, conjuntamente con José Antonio Adell.

Albalate, como no podía ser de otra manera, tiene dedicado un espacio obligado en todos nuestros trabajos, merecido por su historia y por sus tradiciones que vosotros sabéis preservar.

Los árabes le pusieron nombre por la vía de pavimento enlosado o empedrado de época romana que cruzaba por este lugar, y dieron forma al trazado medieval de la población. En el casco urbano encontramos construcciones de gran valor e interés arquitectónico, como el torreón, el palacio ducal de Solferino, la Casa Consistorial o las casonas de estilo aragonés con escudos nobiliarias. Sin olvidar la iglesia dedicada al patrón San Martín, con portada tardo románica del siglo XIII.

Por las calles vemos rincones maravillosos, que seguramente atesoran muchos de vuestros recuerdos. Cada uno de vosotros tendrá el suyo, o quizá varios. Yo quiero señalar uno de esos rincones que descubrí hace pocos años, y al que he vuelto en varias ocasiones. Es el de la fuente del Pino o los Leones y el lavadero, junto al soto del río. Allí, en soledad, con el sonido del agua y el canto de los pájaros, nos podemos imaginar la vida social del pueblo en otras épocas. ¡Cuántos chismes, risas y amores debieron surgir en aquel lugar!

El río Cinca da el apellido a la población, su nombre también viene del árabe, significa “tierra de olivos” o “río de los olivos”. Esas aguas riegan y ponen en valor los ricos productos de la huerta.

Sois emprendedores, con iniciativas comerciales y culturales. Baste citar el reconocimiento de la agricultura ecológica a nivel nacional, el Certamen de Jota Cantada y Baile “Miguel Fleta” o el “Encuentro de Música Tradicional ‘Cinca Folk’” organizado por la rondalla “L'Amistanza”.

Así, con imaginación y talento, se manifestaron los personajes ilustres nacidos en Albalate. Podemos recordar algunos, como Pedro de Albalate, arzobispo de Tarragona entre 1238 y 1251; el pedagogo y escritor Félix Carrasquer y su hermano Francisco Carrasquer, destacado escritor que en el 2006 recibió el Premio de las Letras Aragonesas; el biólogo Buenaventura Andreu Morera, hijo del farmacéutico Alfredo Andreu; o el universal tenor Miguel Fleta, que dio sus primeros pasos musicales en la rondalla de Albalate.

Cada año revivís fiestas y tradiciones como las de San Antón; Santa Águeda; los actos del Viernes Santo con la procesión del Santo entierro portando la llamada “tumba”, el canto del “Miserere” y el paso de los niños nacidos durante el año por encima del santo sepulcro; la “judiada” de la fiesta del patrón San Martín, y esta fiesta, la de San Miguel.

Antaño en esta fecha, para San Miguel, terminaba el ciclo agrícola y laboral. Los jornaleros finalizaban el contrato con sus amos o lo renovaban por un año más. Era la “Sanmiguelada”. Cuando alguien no terminaba el plazo de servicio de un año se decía que había hecho “sanmiguelada”.

Pero aquí en esta fecha se celebran las fiestas. Disfrutáis de algunos de los días más felices del año. De los que también permanecen muy buenos recuerdos.

Ese es mi deseo, que todos disfrutéis de unas felices fiestas de San Miguel.

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