PERLAS DE HEMEROTECA
Devocionario del siglo XV
En
diciembre de 1857 José Puiggari publicaba en El Museo Universal un amplio artículo sobre la Navidad,
remontándose al 4.709 del periodo Juliano, corriendo el 4º de la Olimpiada 193,
y el 37º del reinado en Judea de Herodes el
Grande hasta los inicios del siglo pasado.
En la
Edad Media se hicieron célebres fiestas carnavalescas sacro-profanas
denominadas de “Locos”, del “Asno”, del “Obispillo”, etc. En el siglo XII,
especialmente en Francia, las diversiones de Navidad se vivían con delirante
frenesí. “La fiestas de los locos” consistía en invertir todos los órdenes y
todas las funciones del ministerio clerical; se cometían extravagantes locuras
en el interior de los templos: clérigos, diáconos y subdiáconos oficiaban en
lugar de los sacerdotes y éstos, al pie mismo del altar jugaban a los dados, a
los bolos, a la pelota y a otras cosas… Los monaguillos enmascarados y
revestidos de capas pluviales, ocupaban en el coro los sitios de los canónigos
y, en la víspera de Inocentes, elegían entre ellos a un obispillo, el cual,
vestido con traje prelacial era ungido y paseado solemnemente por las calles al
repique de las campanas y al son de inarmónicos instrumentos…
En
España y concretamente en Aragón entre las costumbres no se vivían tantos
excesos, en particular en las clases elevadas. Así lo relataba José Puiggari:
De un manuscrito de Poblet consta
que durante las fiestas celebradas en Monzón por don Martín, unos caballeros zaragozanos
desafiaron a otro porque en el jurado de Estrechos despreció a cierta señorita
que le había caído de estrecho. La siguiente canción de Santillana prueba que también
en Valladolid se observaban esas usanzas, las cuales después gozaron mucha boga
en la corte do los Felipes:
Sacadme
ya de cadenas,
sennora,
e facedme libre;
que nuestro
Sennor vos libre
de las
infernales penas!
Estas
sean mis estrenas,
esto
solo vos demando;
este
sea mi aguinaldo,
que
vos faden fadas buenas, etc.
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