26/5/08

Mariano Bea, el bandido de Villahermosa

.

Carnicer cobrando cuotas a los alcaldes
En agosto de 1875 los carlistas del Maestrazgo se vieron obligados a abandonar estas tierras camino de la frontera francesa. Por donde pasaban dejaban su impronta destructiva. Durante los largos cinco años de la Tercera Guerra Carlista no faltaron las deserciones y más aún en los últimos momentos del desastre. Muchos de los antiguos guerrilleros carlistas pasaron a integrar cuadrillas de bandoleros. Aunque, ciertamente, su manera de actuar no se diferenciaría demasiado de cómo lo habían hecho anteriormente.

Batalla de Huesca (24 de mayo de 1837)
.
Muchos bandoleros, como por ejemplo la cuadrilla de “Cucaracha” en los asaltos a Albalatillo, Villanueva de Sigena o en Farlete, se disfrazaron de carlistas para esquilmar de sus bienes a los principales propietarios de los pueblos.

Algunos de estos excarlistas formarían grupos de bandoleros o se unirían a los ya existentes. El 2 de enero de 1876 el corresponsal de Mora de Rubielos hablaba en una de sus crónicas de Mariano Bea, vecino de Villahermosa y presunto autor de algunos crímenes, que se había fugado de la cárcel de Sagunto. Bea, procesado por robo, capitaneaba una cuadrilla de malhechores que vagaba por la extensa comarca comprendida entre San Juan de Pañagolosa y Mora de Rubielos, abarcando pueblos de las provincias de Castellón y Teruel.


Contribución a los alcaldes
Para capturar a los bandidos se habían organizado algunas batidas sin ningún resultado. La Guardia Civil les seguía la pista sin descanso, pero se encontraba con la dificultad que relataba el citado corresponsal: “como aquellos van bien provistos de sus correspondientes boinas, cuando la persecución apremia, cálanse el distintivo, pasan con esto a la vista de algunos como una banda política, tienen seguras madrigueras, hallan confidencias exactas y recursos no les faltan, pues cuando no del fruto de sus depredaciones, lo alcanzan del tímido campesino, que por miedo o por ignorancia, más por lo primero que por lo segundo, no intentan negárselos. Dicho se está que los que necesitan trajinar por el terreno mencionado, andan siempre con el alma en un hilo, a riesgo de topar con esos andantes caballeros de criminal industria, que so capa de guerrilleros limpian el bolsillo a cualquiera”.

El cronista se hacía eco de los rumores a falta de informaciones concretas: “He oído que entre esa gente luce su figura una persona cuyo ministerio me hace creer en la inexactitud de la noticia. También parece que se han agregado algunos dispersos de las partidas que han dominado por este territorio, los cuales por condenas y procesos anteriores, o por la comisión de delitos comunes, rehuyen el presentarse a indulto”.

La comarca se encontraba en una situación poco esperanzadora después del dominio carlista.

Fuente de información:
  • Diario de Avisos de Zaragoza, 5 enero 1876.
Volver al ÍNDICE
*

No hay comentarios: