4/6/07

FONFRÍA. Caravana de mujeres

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Foto: www.fonfria.tk

Viernes, 27 de mayo de 2005
Colaboración leída en el programa “Hoy por hoy” de Radio Zaragoza, dirigido por David Marqueta

¡Hola, amigos!

Fonfría es una pequeña población de la comarca del Jiloca, situada en la sierra de Cucalón, a 1.247 m. de altitud. Tan sugerente nombre alude a los rigores del invierno y a la abundancia de agua. Cerca de la población, en el collado de los Villares, nace el río Huerva.

El exceso de agua en la zona dio origen al adagio que recoge Correas:
  • “No dé Dios lo que desean Fonfría y Allueva”.
Alude a que las gentes de estos lugares preferían la sequía. Aunque los índices pluviométricos desmienten lo dicho.

Las duras condiciones de vida y la carencia de recursos han ido desfigurando el paisaje tradicional. Las gentes emigran y ahora en Fonfría habitan tan sólo una treintena de personas.

En verano y siempre que el descanso laboral lo permite, sus antiguos habitantes regresan al pueblo y disfrutan del paisaje serrano, de la sierra que a finales del siglo XIX y principios del XX recorriera Alejo García, el famoso bandolero apodado “Mediaoreja”, natural de Cucalón.

En el casco urbano destaca la Iglesia de San Miguel, del siglo XVIII. La plaza del Trinquete nos recuerda la práctica del tradicional juego de pelota.

Próximo al pueblo se encuentra el santuario de la Virgen de la Silla. Los habitantes de ocho pueblos o sus descendientes componen la Hermandad y velan por su conservación. Allí acuden en romería el último domingo de mayo; el último sábado de agosto (denominado “Día del Sitio”) y el lunes siguiente (es el “Día de Difuntos” o “Día del Recuerdo”). También se reúnen el sábado que coincide con el puente de la Constitución. Lo llaman el “Día del Belén”.

Una leyenda nos habla de su origen. Según el padre Faci, el rey Jaime I había sacado esta imagen de un pueblo abandonado llamado Usilla, cerca de Fonfría.

Según otra versión, tras la conquista de Valencia, el rey regresó a tierras aragonesas. En la silla de su caballo llevaba una imagen de la Virgen, a la que ofrecía sus victorias. Cuando llegó a Bea y Lagueruela fue muy bien acogido por sus gentes y en agradecimiento decidió regalarles esta imagen. Era venerada por muchos pueblos de la comarca, pero especialmente por los de Fonfría, Bea y Lagueruela. Éstos, al estar más lejos, debían llegar los últimos a la romería. De ahí pudo surgir el dicho:
  • “Hacer tarde, como los de Lagueruela”.
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