4/6/07

GALLOCANTA. Llegada de las grullas

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Foto: C. García
Viernes, 12 de noviembre de 2004
Colaboración leída en el programa “Hoy por hoy” de Radio Zaragoza, dirigido por David Marqueta

¡Saludos viajeros!
Emprendemos vuelo y nos vamos a Gallocanta, población situada en una de las comarcas más despobladas de Aragón, en el Campo de Daroca.
Gallocanta es un ejemplo del problema poblacional de la comarca. Residen menos de doscientos habitantes, pero en verano el lugar se llena de vida, regresan todos aquellos que tuvieron que emigrar. Y resurgen recuerdos, vivencias con los pueblos vecinos, rivalidades y coplas como ésta:
Para zorros en Berrueco,
para cucos en Santed,
y pa mocicas garbosas
en Gallocanta y Used.
Todo en Gallocanta está relacionado con la laguna, es una de las mayores lagunas saladas naturales de Europa. Allí sí que hay vida, más de doscientas especies de aves. Entre todas, destacan las grullas, con concentraciones de hasta 50.000 ejemplares.
Observar las grullas es un verdadero espectáculo. En esta época del año, al atardecer entran miles a los dormideros. En sus viajes migratorios las podemos contemplar con sus típicas formaciones de vuelo en líneas quebradas y punta de flecha.
La laguna es un lugar mágico y misterioso. Allí se celebraban reuniones maléficas. Se cuenta la historia de un diablo que mandaba a las brujas de Castilla a que se bañaran en las aguas de Gallocanta, cosa que hacían desnudas. Incluso aparece documentada la existencia de la bruja Águeda, que desde Molina de Aragón volaba hasta allí en un abrir y cerrar de ojos.
Por la laguna también anduvo la sierpe de Berrueco, un enorme monstruo que la atravesó a gran velocidad, dejando a su paso una estela que dividió las aguas en dos, como si de un pico de hacha se tratase. Por eso se llamó a este lugar “el pico de Hacha”.
En los alrededores encontramos numerosos topónimos con raíces misteriosas, que nos hablan de historias de lobos, brujas, moros y moras, tesoros y muertes sangrientas.
Pero en Gallocanta podemos encontrar otras muchas cosas. El espectáculo de las grullas puede ser una buena excusa para visitar el Museo de Aves, disfrutar de la naturaleza y compartir vivencias con sus gentes.
¡Nos vemos en Gallocanta!
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