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Todas las vías de comunicación más importantes tenían algún punto en el que solían actuar los bandoleros. En la carretera de Madrid asaltaban subiendo al alto de La Muela. Los ladrones siempre buscaban un lugar abrupto y con vegetación para poder esconderse. Seguramente el lugar donde se situaron los ladrones que hoy nos visitan poseía estas características.
Según la crónica, era la tarde del 17 de julio de 1899. Tres ladrones armados de cuchillos y revólveres esperaban en la carretera de Madrid, a 18 kilómetros de Zaragoza, término municipal de La Muela, el paso de alguien a quien limpiar los bolsillos y despojar sus pertenencias. El desafortunado fue el ordinario de dicho pueblo Patricio Mateo, que, al parecer, iba en un carro acompañado de un tal Pedro Marzo, vecino de la capital
Los salteadores obligaron a sus presas a bajar del carro, exigiéndoles cuanto dinero llevaban. Les ataron las manos y los echaron al suelo, a continuación saquearon el carro, llevándose las pertenencias del ordinario y del otro viajero.
Al ordinario le robaron 50 pesetas y al Marzo 25. También se llevaron una libranza de 20 pesetas y comestibles.
Después, los ladrones marcharon precipitadamente, dejando atados a los viajeros. Así permanecieron hasta que pudieron soltarse las ligaduras.
Fuente de información:
- La Derecha, 18 de julio de 1899
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