Mariano Gabín, más conocido por su apodo de “Cucaracha”, acaparó el protagonismo del bandolerismo aragonés entre agosto de 1870 y febrero de 1875.
No obstante, los robos y secuestros se extendieron por espacios territoriales que no controlaba el bandido de Alcubierre.
En muchos casos, y más durante estos años en los que la Guardia Civil estaba más ocupada en las luchas contra los carlistas, los alcaldes y los vecinos tuvieron que realizar la labor que competía a las fuerzas del orden.
Nos situamos en Lécera, población del Campo de Belchite, en la tarde del 13 de febrero de 1874. El alcalde, D. José Tena, tuvo noticia de que en una casa se encontraban cuatro hombres desconocidos y sospechosos. Inmediatamente, el alcalde dispuso todo lo necesario para capturar a esos individuos; acompañado del teniente alcalde, D. Wescelao Balduque, de varios concejales, del secretario, del alguacil y con la ayuda de unos cuantos vecinos, a los que armó con cuchillos y con tres o cuatro armas de fuego.
Entre las diez y las once de la noche se presentaron en dicha casa y los capturaron, resultando ser cuatro salteadores que tenían atemorizados a todos los pueblos de la sierra.
A los detenidos les intervinieron un trabuco, dos puñales y dos navajas; después fueron llevados a las cárceles del juzgado de primera instancia de Belchite.
Este y otros sucesos similares motivaron peticiones al gobernador civil para que permitiera a las corporaciones municipales el uso de armas de fuego.
Fuente de información:
- Diario de Avisos de Zaragoza, 18 de febrero de 1874.
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