12/4/08

Robo a los curas de Miedes y Murero




Captura del bandido Maragato (Francisco de Goya)
Está claro que los curas eran un bocado apetecible para los bandoleros. O dicho con otras palabras, a los bandoleros les gustaba robar a los curas.

Miedes (Foto DPZ)
.
Estamos en 1892, fecha en la que los anarquistas comenzaban a dejarse notar, es la razón de que el corresponsal de La Derecha de Villafeliche escribía el 19 de enero de 1892 una de sus crónicas de esta manera: “Aunque por aquí no hay anarquistas, hay bandoleros que dan sustos, ya que no consiguen sus propósitos”.

Las intenciones de estos bandoleros no eran otras más que robar a los curas de Miedes y de Murero, pero sus intentos resultaron infructuosos. El procedimiento para entrar en sus casas había sido el mismo: con un villabarquín les taladraban las puertas, después corrían la cerradura y penetraban. Pero siempre chocaban con el mismo inconveniente, que las víctimas se apercibían.

En Miedes no lograron pisar la habitación del señor cura por una casualidad que les hizo huir. Es la única información que nos aporta el corresponsal.
.
Iglesia parroquial de Murero (Foto: C. García)
.En Murero entraron, maniataron a la sirvienta y la obligaron a llamar a su señor, que, al encontrarse frente a un individuo desconocido pistola en mano, se lanzó sobre él por un acto irreflexivo, logrando desarmarle. En la lucha brazo a brazo se disparó la pistola sin que hiriera a nadie. El ladrón pudo fugarse y los que le guardaban la espalda no quisieron cuentas.

Se decía que vagaba una partida de malhechores, capitaneada por un licenciado de presidio, por las inmediaciones de Montalbán, con sus correspondientes “sucursales” en varios pueblos. El licenciado de presidio no podía ser otro más que el afamado “Greñicas”, que hasta en tres ocasiones se “autolicenció” de presidio evadiéndose del penal de Melilla.

Murero (Foto: Celedonio García)
.
Las noticias de estos hechos volaban por los pueblos próximos y todos estaban sobre aviso. La Guardia Civil no tenía descanso. Abundaban los robos “efectivos”, que afectaban especialmente a los ganaderos, y a los que sólo les quedaba un consuelo, el derecho al pataleo. Un temor se palpaba en el ambiente: Cuando el cantarillo va muchas veces a la fuente...

Fuente de información:
  • La Derecha, 22 enero 1892.
Volver al ÍNDICE
*

1 comentario:

Carlos LABARTA dijo...

Preciosas fotos! Un vecinico de Manchones! Enhorabuena por el blog, de apariencia impecable!