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El Piquete o iglesia de la Asunción (Foto: C. García)
Arco de San Roque (Foto: C. García) .
En el año 1860 la criminalidad se disparó en diversos puntos próximos a la ciudad de Zaragoza. De poco serviría que en marzo de este año se alzara el cadalso para la ejecución de Pinilla y Quintín, “los reos de la calle de Predicadores”, y de que en el mismo mes se condenara a pena de muerte a Manuel Tormez (a) “Miñón”.
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El Piquete (Foto: C. García)
Quinto no se libró de esta fiebre y del mismo modo que sucedería en Mediana o en Fabara, en diciembre de este año varias muertes inundarían de indignación y dolor a los vecinos de la villa.
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Quinto (Foto: C. García)
La casa del cura sería uno de los escenarios de la tragedia. Varios ladrones intentaron robar y a los gritos que se daban acudió un mozo del pueblo en auxilio. Al penetrar en la vivienda los ladrones lo mataron de un trabucazo y salieron huyendo.
Todavía no se había apagado el eco de la tragedia cuando otra triste noticia corría de boca en boca. Los guardas de las almenaras buscaban el cadáver de un hombre a quien se había asesinado y arrojado después al agua.
Fuente de información:
- El Diario de Zaragoza, 12 de diciembre de 1860.
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